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De sonrisas

Hay momento en que necesitas replegarte para recuperar fuerzas.

Agotada de intentar hacer todo lo mejor que puedes con lo que dispones y que no sea suficiente. Ni siquiera eso, es que lo que intentas hacer no es buena idea. Y ya no das más.

 

No sabes en qué momento perdiste la capacidad para ser necesaria y eficiente,importante, en ser un pilar de la estructura. Y te convertiste en alguien que no sabe de qué va la vida, que no sabe cómo deben hacerse las cosas, cuya opinión siempre es la última en considerarse, si es que se considera. No sabes…

Pero resulta que aunque sientas todo eso, aunque tus sentimientos sean irrelevantes para el resto, te las tienes que arreglar para poner una sonrisa en tu cara, no sea que les siente mal a esos a los que los tuyos les importa un rábano. Y oye, que eso sí es importante. Que los sentimientos de los demás son muy importantes. Los tuyos sirven para lo que los demás estimen: Para jugar con ellos, para anularlos, para desahogarse de los sentimientos que provocan otros ámbitos en los que tú no tienes que ver. Los tuyos no cuentan. Siempre puedes replegarte para recuperar fuerzas ( aunque mejor si no lo haces , que no gusta, y lo que no gusta , molesta.) Entérate. Lo que tienes que hacer es sonreír como si no pasara nada y la felicidad te saliera por los poros.

 

Nos hemos olvidado de que la verdadera sonrisa es la que sale del interior, de nuestro bienestar emocional , ésa es la que mueve el mundo. La que nace de sentirse bien. Y ésa es la que hace sentirse bien a los demás, la de efectos beneficiosos. No tiene nada que ver con la sonrisa complaciente que esperan tengas a pesar de los pesares. Porque esa sonrisa es falsa y no sirve a nadie.Así que tratemos a los demás como nos gusta que nos traten a nosotros. Y lo demás vendrá rodado. 

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