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Navidad By Mabel Pardo

Recuerdo una Navidad, yo estaba trabajando en una taberna, turno de noche Mis hijos, que son tres, eran pequeños. No ganaba mucho, un salario para medio sobrevivir e invertía en lo más importante, estudios de los niños, alimentación y vivienda.

No tenía dinero para comprar juguetes y eso me tenía triste, era madre soltera y solo contaba con la ayuda de mi madre, que laboraba de día en servicio doméstico.

Esa noche del 24 de diciembre no recibí propinas, pedí un adelanto de mi salario y cuando salí de trabajar me fui a comprar juguetes a la feria. Ya todo estaba cerrado. Me puse a llorar pensando en mis pequeños. Cuando llegué estaban dormidos, eran las 4 de la mañana, me acosté pensando y me quedé dormida, estaba cansada.

A las 5:45, miraba a mis pequeños dormir y pensé ¿será que hoy 25 de diciembre habrá algo en el centro? No seguí pensando más, me di una ducha, me cambié y con el poco dinero que tenía me fui. Mis hijos me habían pedido algo específico, eran juguetes del momento. Llegué a una plaza pidiéndole a Dios que encontrará algo y así fue. Encontré un señor con los últimos juguetes y eran precisamente los que mis hijos querían. Y me los dió a un buen precio, que me alcanzó para comprarlos.

Esa fue mi mejor Navidad, porque sentí el milagro de la misericordia de Dios. Por eso trato siempre ayudar a un niño o familia y su sonrisa es mi gran satisfacción (aunque la ayuda es necesaria en cualquier momento, no únicamente en Navidad).

 

Mabel Pardo

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