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No seas celoso…

En algún lugar leí, hace ya tiempo (no recuerdo dónde) una frase que no olvidé: – “Los celos siempre son infundados, porque si fuesen fundados serían cuernos”

Qué verdad tan grande encerraba aquella frase, bajo su apariencia burlona. En aquel momento me reí. Quizá aún no sabía lo que realmente significaba.

En realidad los celos son una enfermedad y como tal no pueden ser buenos. ¿A quién le gusta estar enfermo? Y el problema es que ni siquiera sé si tiene cura. Quiero pensar que sí, que al igual que en los avances de la ciencia y la medicina, también se ha avanzado en el conocimiento de la psique y de la razón, y un enfermo de celos se puede recuperar y no volver a padecer esos diabólicos síntomas.

Yo no padezco esa enfermedad, por suerte, pero sí la he sufrido en mis propias carnes, siendo víctima de alguien que sí la padecía. Difícil discernir quién era  víctima y quién verdugo. Los acontecimientos, las situaciones y las sensaciones se mezclaban, revueltos, a grandes revoluciones, como en el tambor de una lavadora. Un batiburrillo de sentimientos.

El celoso siempre intenta hacerse sentir culpable al otro. Para él es fácil ver historias donde no las hay y auto-convencerse de que son reales y de que la otra persona es la que está haciendo mal. La diferencia radica, precisamente, en esa otra persona. Puede intentar hacerle ver y entender la realidad, o puede intentar evitar las situaciones que provoquen en el otro un ataque de celos. Craso error si elige la segunda opción. Yo intenté la primera, pero no dio sus frutos y la siguiente opción era huir despavorida. ¿Una decisión egoísta?. Tal vez. Quizá fui una cobarde. Pero no podía tolerar que un hombre me montase un numerito cada vez que hablaba con alguien del sexo opuesto o cada vez que tomaba algo con un amigo.

¿Quién no ha escuchado alguna vez esa frase de “tengo celos hasta del aire que respiras” como si fuese una hermosa prosa? Pero… ¡ay! Esa frase lleva dardos envenenados. Es cruel. Turbadora. Enfermiza.

Y me entristece oír a muchachas jóvenes decir que no le importa que su novio sea celoso, porque eso significa que las quiere. Pues no. El hecho de ser celoso no implica querer más. Ni mejor. Implica que está enfermo y que esa enfermedad es destructiva. 

Así que, amiga, si alguien te dice que tiene celos del aire que respiras, huye… y no mires atrás

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