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San Valentín

Hoy está lloviendo y escucho una canción, de estas que sólo se escuchan cuando el cielo está gris, mientras miro por la ventana las gotas que van cayendo una detrás de otra.

Mañana es San Valentín. Dicen que este día es especial. Mejor dicho, nos dicen que “tiene” que ser especial.

La realidad para mí es que cada día contigo lo es por una u otra razón. Yo estoy enamorada  y tengo millones de cosas empalagosas que decirte, pero el resumen  de todas ellas, el que me gustaría que tengas en la mente, es que yo, te quiero en mi paraíso. Ese que hemos construido entre cuatro paredes y que vamos apuntalando entre risas y llantos, entre silencios y gritos, entre abrazos y besos.  

No cambiaría nada de lo que tengo contigo por ningún espejismo. Prefiero la realidad de tus manos en las mías, de tu sonrisa cada mañana, cuando me despierto, de tus llamadas durante el día, de tus mensajes “enfadosos” cuando no te hago caso, de tus ojos marrones brillando cuando haces lo que te gusta, de tu obsesión por los frutos secos, de tu forma loca de conducir cogiendo las rotondas casi en línea recta, de tu forma incansable e insaciable de vivir la vida, siempre de un lado para otro, casi sin tiempo para pararte a pensar, arrastrándome en esa nube de locura.

Esa es la realidad que yo quiero, y aunque, como dice la canción, a veces te mataría, otras te quiero comer, y aunque seguro que habrá momentos malos y otros peores, también los habrá buenos y otros mejores, así que por mi parte puedes estar seguro que intentaré  que cada día siga siendo San Valentín para que nunca te canses de vivirlo conmigo.

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