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Marina San José, una joven actriz construyendo una carrera a largo plazo

“Mis padres siempre me han dado libertad para elegir”

El comienzo de la tercera temporada de El test de Jordi Vallejo en el Teatro Cofidis Alcazar facilita el encuentro con Marina San José, una de las actrices que la protagonizan, junto a Maru Valdivieso, Luis Merlo y Antonio Molero. Hija de Ana Belén y Víctor Manuel, se está tomando su tiempo, sin prisa pero sin pausa, para construir una carrera que, por ahora, se ha desarrollado fundamentalmente en teatro. Aunque no faltan en su currículo series de televisión longevas como “Amar es para siempre” de Antena 3 televisión.

Antonio Hernández (AH) – ¿Por qué está desarrollando su carrera profesional fundamentalmente en teatro?

Marina San José (MSJ) – En parte es una elección y en parte porque es para lo que me han llamado. Empecé en teatro y, seguramente, es el medio al que más cariño tengo. Es una pieza muy importante en mi desarrollo como actriz. No ha sido planificado, pero estoy encantada. Aunque también me gustaría trabajar en cine o televisión.

AH – ¿Qué le está aportando la obra “El test”?

MSJ – Nunca antes había hecho un personaje tan cañero. Me siento cómoda con él, tal vez porque yo también soy bastante cañera. Además el público responde muy bien a lo que están viendo que hago. Muchos me odian.

Mi papel es de una psicóloga que hace con sus pacientes el test que Luis Merlo, que en la obra es mi novio, hará con sus amigos. [El test consiste en un dilema hipotético que hace elegir entre cien mil euros hoy o un millón dentro de 10 años]

AH – Es raro lo que está diciendo de que le gusta que le odie el público. Normalmente, cuando uno se sube al escenario es para que le quieran.

MSJ – Creo que es algo equivocado porque mi personaje es ese. No es agradable. Es lo que tiene que provocar en el público. Viéndome, el espectador se tiene que preguntar “Pero esta ¿de dónde ha salido?” Si el personaje es así algo debo estar haciendo bien para provocarle estas cosas.

AH – Con este personaje ¿está ampliando su registro?

MSJ – Totalmente. Mucha gente me tiene catalogada en personajes idílicos, de niña buena, y al verme en esta función se sorprenden.

AH- ¿Qué le aporta trabajar con Maru Valdivieso, Luis Merlo y Antonio Molero?

MSJ – Muchas cosas. Son personas que saben muchísimo, que tienen muchas tablas, que entienden de esto. Con ellos se aprende todos los días. Me nutro de ellos. Es lo bonito que tiene este trabajo, nunca dejas de aprender.

AH – ¿Y qué cree que le aporta usted a ellos?

MSJ – Dentro de la función no lo sé. Fuera de la función, creo que alegría. Aunque esto se lo tiene que preguntar a ellos.

AH – ¿Cómo cree le ha ayudado la formación y otros trabajos en llegar a “El test”?

MSJ – La televisión me ha una visibilidad que no te da el teatro. Aunque el teatro te da un contacto directo con el público que la televisión no te da. Me nutre mucho más.

“Amar en tiempos revueltos” me ha enseñado a trabajar con rapidez. Es una serie diaria que te exige estar atenta a todo lo que está pasando y todo es muy inmediato. Me ha enseñado a solucionar rápidamente cuando no sabes por donde ir a ser resolutiva.

AH – ¿Qué le ha aportado el trabajar con directores de teatro como Gabriel Olivares, Gerard Iravedra o Alberto Castrillo-Ferrer?

MSJ – Nunca había trabajado como trabaja Gabriel. Trabaja mucho con el cuerpo, con muchos ejercicios. No va con una idea a los ensayos. Todo va surgiendo en el proceso de trabajo. Es muy gratificante.

AH – ¿Y con Alberto Castrillo-Ferrer?

MSJ – En el caso de Alberto yo no he construido el personaje desde el principio. Él lo creó con Itziar Atienza en la primera temporada y yo me incorporé el año pasado en Madrid, en la segunda temporada. Por lo que el personaje me vino un poco dado.

Por tanto no he trabajado mucho con Alberto el personaje. En dos semanas o tres resolvimos la incorporación. No ha sido como el trabajo que hacía con Gabriel de crear un personaje desde cero. Pero me parece que por donde han llevado mi personaje Alberto e Itziar es muy acertado.

AH – ¿Cómo se prepara uno para incorporarse a un proyecto que ya está maduro y funcionando?

MSJ – Ha sido la primera vez que he hecho una sustitución o incorporación a un proyecto que ya estaba funcionando. Los compañeros han sido maravillosos. Además, tenía la función en video, aunque es un horror ver una obra de teatro en el ordenador.

Ensayé con ellos. Y estuve con ellos en Alicante unos días viendo la función. Además, ellos llevaban un año y medio haciendo la función y tenían muy claro lo que querían y por donde tenía que ir. Así que resultó muy fácil.

AH – A pesar de tener el personaje tan marcado ¿qué ha podido aportar a su personaje y la obra?

MSJ – Tal vez frescura, que no quiero decir que Itziar no la tuviera, al incorporarme de nuevas a un proyecto. Un poco de revolución.

AH – Continuando con su carrera profesional, hay muchos directores pero no hay casi directoras o dramaturgas, ¿a qué cree que se debe?

MSJ – Bueno, en Hermanas trabajé con Carol López y en cine en de De chica en chica me dirigió Sonia Sebastián. Creo que la presencia de directoras y dramaturgas está cambiando. Están haciéndose ver y se están dando a valer.

AH – ¿Cómo se forma una actriz como usted hoy en día?

MSJ – Tener mucha suerte. Estar en el momento justo. Y formarse. Estudié en el laboratorio de William Layton tres años. Además, me he formado en canto y danza.

El estar formada de una u otra manera te suma. Cuantos más cursos hagas y más oportunidades tengas para ponerlos en práctica, mejor.

AH – ¿Por qué eligió el Laboratorio de William Layton?

MSJ – Me metí en William Layton porque mi madre estudió allí. Lo hice un poco para probar. Acababa de terminar el instituto y no tenía claro qué quería hacer. A esa edad es muy difícil saber qué quieres hacer con tu vida. Entré un mes para probar y me quedé.

AH – ¿Qué es lo que la hizo quedarse?

MSJ – Me cautivó un poco todo. Me gustó lo que estaba haciendo, el crear un personaje a partir de nada, el ambiente que había. Me sentí cómoda y me gustaba.

Los profesores fueron muy importantes. Sobre todo el primer curso. Allí daba clase de expresión corporal Arnold Taraborrelli que es un maestro increíble, aunque ahora ya no da clases, y que fue un pilar muy importante para mi formación.

AH – ¿Y los compañeros, el resto de alumnos?

MSJ – También. Todos estábamos muy ilusionados por formar parte de algo nuevo. Hicimos grupo aunque ahora algunos siguen en esto y otros no.

AH – ¿Y cómo ha influido su familia en su carrera profesional?

MSJ – Mi madre muchísimo, me animó a que me metiera en el laboratorio de William Layton. Además, siempre he vivido este mundo por detrás, por lo que es un mundo que no me resulta extraño. Siempre ha estado en mi vida.

En cierta medida me ha resultado fácil dentro de un mundo, el de la interpretación, que no es nada fácil. Por ejemplo, convivir con los tiempos de parón. A mí me ha resultado algo muy natural.

De pequeña quería ser veterinaria. Y si no hubiera sido por ellos a lo mejor me hubiera dedicado a otra cosa. Pero al final es lo más normal seguir la profesión que has visto en casa. Como ocurre en las familias de abogados, de carpinteros, de lo que sea.

AH – ¿Qué consejos le dieron o le dan?

MSJ – No son mucho de dar consejos. Son más de dejarnos que vivamos las cosas, que nos equivoquemos, que aprendamos, que adquiramos experiencia y vayamos viendo. Siempre me han dejado libertad para elegir.

AH – ¿Ha hablado con ellos sobre las diferencias que hay entre ser actriz ahora y serlo antes?

MSJ – Son épocas muy distintas. Ellos tuvieron que vivir unas cosas que marcaron su carrera y yo tengo que vivir otras que la marcan de otra manera.

AH – Su personaje en la obra plantea a sus alumnos y a sus pacientes el dilema hipotético entre coger ahora cien mil euros o un millón dentro de diez años. Viendo su carrera, usted parece ser de las que han elegido el millón de euros dentro de diez años.

MSJ – Sí, de alguna manera sí. Lo de mantenerse es lo más difícil. Mi carrera es una carrera a largo plazo. Por suerte puedo decir que aquí sigo currando, lo de que es de agradecer. Espero tener una larga carrera.

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