fbpx

IDAS Y VENIDAS

Desde hace 19 años mi vida transcurre en un trayecto de idas y venidas, subidas y bajadas, reencuentros y despedidas.

Las estaciones de tren, los aeropuertos, todos los lugares que he frecuentado desde entonces, me

transmiten emociones contrastadas. Han sido los lugares más tristes de mi vida y a la vez los más felices… Los siento como mi montaña rusa emocional.

No puedo evitar observar minuciosamente el sentir de la gente mientras espera en llegadas o mientras se despide en salidas.

Los que se besan en llegadas o los que se besan en salidas…. Qué besar tan diferente…

Los abrazos de los reencuentros y los abrazos de los hasta pronto…

Los que esperan nerviosos por los retrasos, o los que desean los retrasos para poder estar más tiempo junto a la persona amada y poder aplazar la agonía de la despedida.

Sentirte la persona más feliz del mundo por el reencuentro o el más desgraciado y melancólico por la despedida.

Yo no sé si es un don que poseo, pero al haber estado en ambos lados numerosas veces, soy capaz de ponerme en la piel de cada una de estas personas que esperan, y soy capaz de notar en mi piel su sentir, su alegría o su tristeza, su emoción o su pesar, su congoja o su placer…

Lugares de idas y venidas, de movimiento de gente, de subidas y bajadas, de emociones a flor de piel, lugares de CAMBIOS, lugares de MOVIMIENTOS.

Porque todo cambia, todo se mueve, a nuestro alrededor, y no debemos parar. Nunca debemos parar, porque no es bueno quedarse atrás, porque la vida no nos espera y cambiar y moverse es crecer, evolucionar, sentir, VIVIR.

BUSCAR