Cuando todos hablan de amor… tú hazlo. Y sobre todo siente y disfrútalo, No es cosa de un día, ni de unas horas…
Al cobijo de una niebla inventada,
ante un fuego cruzado de miradas…
Dos corazones bailan.
El deseo escapa…
La piel reclama.
Sus largos dedos…
sostienen caricias esperadas.
El rojo de sus labios
tiñe su cuello de nácar.
El viento violín,
la luna almohada…
Eva Hernández