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Silvia de Pe, una actriz en presente

No me gusta forzar las cosas. Espero que surjan, si tienen que surgir.

Fotografía: @Javier NavaL

Sin duda, este ha sido el año de Silvia de Pe. Ha encadenado estrenos. El último Run [jamás caer vivos] que todavía está en los Teatros del Canal. Al que le precedieron el éxito esta temporada de Tea Rooms en el teatro Fernán Gómez donde volverá el último trimestre del 2022. Y la reposición en mayo de El caballero incierto, basado en la novela La carne de Rosa Montero, en las Naves del Español en el Matadero de Madrid. Un monólogo por el que recibió el XXX Premio de la Unión de Actores y Actrices a la mejor actriz en junio de 2022. Y, por si todo lo anterior fuera poco, acaba de ser nombrada Secretaria General de este sindicato.

Antonio Hernández (AH) ¿Cómo ha llegado a Run [jamás caer vivos]?

Silvia de Pe (SdP) A mí me interesa mucho el trabajo de José Padilla por eso me apunté a un curso que hizo sobre teatro y ciencia ficción. Donde nos conocimos.

Posteriormente me invitó a un taller que organizó para preparar esta obra. Todavía no sabía que iba a formar parte del elenco. Fue más tarde cuandome invitó a participar en la obra.

AH ¿Qué es lo mejor que le está pasando con esta obra?

SdPTrabajar con José Padilla y, por supuesto, el equipo. Estoy haciendo muy buena amistad con todos ellos. Incluso le he propuesto a mi compañero David Castillo hacer Pudor [una obra de teatro sobre sexo que esta actriz lleva muchos años representando] y ha aceptado. Quiero introducir unos cambios y proponerla para que se programe en los cafés de las Naves del Español en el Matadero de Madrid.

AH – ¿Dónde comenzó todo esto que le ha llevado hasta Run [jamás caer vivos]? ¿Cuándo se dio cuenta que quería ser actriz?

SdP Durante la infancia acudí a varias actividades extraescolares, pero ninguna me gustaba. Sin embargo, en sexto de Educación General Básica [EGB] ofrecieron un curso de teatro en mi colegio y le dije a mi madre que me quería apuntar. Recuerdo que llegaba a casa entusiasmada contándole que me habían enseñado a hablar usando la tripa.

Luego, cuando estaba en el instituto, me enteré de que existía una escuela municipal de teatro en Zaragoza. Era una formación de tres años a la quehabía que ir seis horas al día de lunes a viernes. Y me apunté.

AH – ¿Qué le dijeron sus padres cuando les dijo que quería hacer este curso?

AP Les costó aceptarlo, pero como era lo que quería hacer, me pagaron la matrícula. Más tarde, mi padre encontró una razón genética para explicarse porque yo quería ser actriz. Fue cuando recordó que mi abuela siempre quiso ser bailarina.

AH – ¿Qué vino después?

SdP Que acabé el tercer año de escuela. Entonces les dije a mis padres que me venía a Madrid cuando ellos esperaban que sentara la cabeza estudiando algo que les pareciese más estable.

La capital es una ciudad mucho más grande que Zaragoza y yo era muy joven. Ellos temían que me pasase algo. Hasta que vieron que seguía siendo igual de responsable. Que continuaba estudiando y que me hacía cargo de mis cosas.

AH – ¿Dónde continuó estudiando?

SdP En la Escuela de Mar Navarro y Andrés Hernández. Un centro que venía de la tradición del teatro corporal y de máscara de Lecoq. Allí tuve que desaprender muchas cosas, y aprender muchas cosas nuevas.

Incluso gané una beca para ir un año a la escuela de Phillipe Gaulier en Londres. Una ciudad en la que no acabe de encontrarme por el clima, por el ambiente y por mi momento personal. De hecho,me viene a los nueve meses.

Tuve la suerte de que la escuela de Mar Navarro y Andrés Hernández era de la misma orientación y me permitieron acabar los tres últimos meses en Madrid.

AH – ¿Cuándo comenzó a trabajar?

SdP He tenido mucha suerte porque empecé a trabajar estando en la escuela municipal de teatro de Zaragoza. Desde el segundo curso me llamaban para hacer distintas obras y siempre me han pagado por ello.

Es cierto que he tenido períodos en los que no tenía ofertas. Épocas complicadas. Compartiendo piso con compañeros. Y teniendo que dedicarme a trabajos de subsistencia como camarera. He vendido hasta ollas por teléfono.

Pero en una profesión como esta puedo considerarme afortunada. Sobre todo, en el último año que he ido encadenando trabajos. He de confesar que estoy agotada. No me quejo, pero necesito unas vacaciones. Quiero visitar a mis padres que hace tiempo que no los veo e irme a la playa con mi chico. Y leer. Me gusta mucho leer. Creo que es importante. Tengo muchos libros acumulados de todo el año.

AH – ¿Cómo ha gestionado esos momentos en los que no la llamaban?

SdP Al principio de mi carrera, cuando no me llamaban o no me salían las cosas, perdí mucho tiempo con ansiedades y preocupaciones. Con los años he aprendido que ocupar el tiempo en eso no sirve de nada.

Ahora soy mucho de intentar generar mis propios proyectos. Si no me llaman me pongo a pensar en qué puedo hacer. Por ejemplo, El caballero incierto. Cuando lLa carne, la novela de Rosa Montero, me atrajo mucho el personaje.

Comenté con mi pareja que ese personaje merecía una obra de teatro y él me animo a escribir a la autora. Aunque creía que no me iba a contestar, lehice caso y le pedí la mano de dicho personaje. Y ella me respondió y me la dio.

AH – ¿Cuál fue la participación de esta escritora en el proceso?

SdP Ninguna. Cuando le dije que Laila Ripollescribiría la obra le pareció muy bien. Y, más adelante, la invitamos a un ensayo general. Cuando acabó nos dijo que le gustó. Fue muy amable y respetuosa durante todo el proceso.

Desde entonces nos llevamos muy bien. Es muy cariñosa conmigo y viene a ver todas mis obras. Acaba de estar en los Teatros del Canal viendo Run [jamás caer vivos].

AH – Siempre se pregunta por cómo se gestionan los malos momentos, pero ¿cómo se gestionan los buenos como el que está viviendo?

SdP Para eso está tu pareja, tu familia y tus amigos. Ellos enseguida te ponen los pies en la tierra.

Mi chico no pertenece al mundo del teatro, por lo que cuando estoy con él me resulta fácil salir de esa burbuja. Y hablando con amigos rápidamente ves que lo que te pasa no es lo habitual.

Y mis padres no muestran tanto interés por lo que hago como por cómo estoy. Cuando les llamo y les empiezo a contar lo que me está pasando, ellos solo insisten en preguntarme si estoy bien. Lo demás les parece secundario o les interesa menos, siempre que esté bien. Ellos se preocupanfundamentalmente por mi bienestar.

Por otro lado, se vive de forma muy distinta cuando esto te pasa con una trayectoria detrás. Cuando llevas muchos años trabajando te encuentras más madura, con la cabeza mejor amueblada. Sabes que más tarde o más temprano puede venir otra época en la que quizás no trabajes y tengas que esperar.

En cualquier caso, he de confesar que en estos últimos meses he vivido el momento. Pensaba en lo que tenía que hacer y no me preocupaba por lo que ya había hecho o lo que vendría en el futuro. No tenía tiempo nada más que para pensar en el presente. En hacer la función de cada noche bien. En sacarla adelante.

AH – Justo en toda esta vorágine laboral acaba de ser nombrada Secretaria General de la Unión de Actores y Actrices

SdP No es algo que yo haya buscado o tuviera planificado. Estar en primera línea es un riesgo,hace que también seas la primera en recibir los palos. Pero me lo propusieron y me dijeron que además iba a ser la primera mujer en ocupar el cargo. Así que acepté.

De todos modos, somos una junta directiva con la que me gustaría hacer un trabajo horizontal. Hay muchas personas que dedican mucho tiempo y esfuerzo en estos equipos y es importante que se les conozca, así como que se conozca la labor que hacen.

AH – ¿Qué le gustaría conseguir siendo Secretaria General de la Unión de Actores y Actrices

SdP Que se firmase y publicase por fin el Estatuto del Artista y se completase el proceso que empezaron otros antes. Este estatuto es muy importante porque los actores y actrices, y muchos otros profesionales también artistas, tienen trabajos inestables. Pueden estar trabajandounos meses y luego estar varios meses en paro y sin ingresos.

Reconocer esa intermitencia en el trabajopermitiría mantener al artista durante el tiempo que no trabaja y que nos pudiéramos dedicar a seguir formándonos, a ver espectáculos, leer, para desarrollarnos. Y evitar trabajos de subsistencia que solo sirven para cubrir lo básico y no te permiten seguir aprendiendo, formándote en tu campo.

Sería una manera de conseguir el respeto social que la profesión tiene en otros países de nuestro entorno. Y redundaría en el desarrollo cultural del país. En que fuera más rico culturalmente hablando, como lo son otros.

Además, también me gustaría conseguir que aumentase la afiliación. Que la mayor parte de la profesión se uniese a la Unión de Actores y Actrices. Ahora mismo somos dos mil quinientos. Con este número hemos conseguido mucho, como por ejemplo el respeto de las instituciones. Pero queda mucho por hacer, cuantos más seamos, más fuerza tendremos para mejorar nuestras condiciones y, como ya he dicho, eso redundará en el desarrollo cultural de España.

AH – Run comenzó a partir de un curso de formación y viendo su currículum usted ha hecho muchos cursos ¿Cómo los elige?

SdP Los elijo fijándome en las personas que los imparten. Gente de la que conozco sus trabajos finales, sus resultados y que quiero saber cómo los desarrollaron.

AH – ¿Cómo de importante es el contenido de los cursos?

SdP Es cierto que llega un momento en el que has adquirido la técnica y te empiezan a interesar otras cosas. Una es la que te acabo de contar, conocer cómo trabajan otros profesionales y conocerlos a ellos personalmente. Otras, los temas que se van a tocar en ese curso.

Por ejemplo, el curso que me ha llevado a Run[jamás caer vivos] lo hice por dos motivos. Uno, porque me interesa mucho el trabajo de José [Padilla, el director de la obra]. Otro, porque era sobre ciencia ficción en teatro. No hay muchas obras teatrales de ciencia ficción y menos que se representen y quería conocer mejor este género.

AH – Cita a muchos directores de teatro y usted ha dirigido algunas obras ¿por qué le interesa la dirección?

SdP Porque permite contar las obras desde otro punto de vista. Verlas desde otro lado. Reconozco que me gusta dirigir. Que estoy interesada en la dirección de escena. Pero no me gusta forzar las cosas. Espero que surjan, si tienen que surgir.

 

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