Calmados
Suaves
De los que a penas hacen ruido
Los que a pesar de sus turbias aguas, se dejan ver.
Como esa pequeña balsa.
Quieta,
tranquila…
De antaño.
Irremediablemente presente.
Inmutable ante tanto ruido que la envuelve.
Patas y lenguas ásperas que la lamen.
Manos y hierros que se lavan en ella.
Bellos cuerpos también.
La agitan.
Y se transforma.
Mucho vivido y tan viva aún.
Serena ella
Para quién quiera se refleje o surca en sus aguas.
Las nubes y el cielo son los primeros en dibujar su sutil y azulada imagen.
Las hojas del viejo nogal se dejan caer para bailar y reposar encima de ella.
La que las acuna.
Como a mí.
La que deja navegar aletas de colores en sus profundidades.
Las que me adentran.
Como al encontrar espejos.
Me atraen sin querer.
Me envuelven.
Me aquietan.
Me susurran su silencio
y me muestran el mío.
Encontrar espejos.
Su reflejo me alivia.
Va más allà de la mirada.
Me eleva un poquito más
en cada encuentro.