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Cansada de ser “mujer”

¿Cuántas veces habré oído lo que significa ser mujer?

¿Cuántas veces habré oído que ser mujer significa ser fuerte?

¿Cuántas veces habré oído que ser mujer significa ser valiente?

¿Resiliente quizás?

¿Cuántas veces habéis oído que ser mujer es ser fuente de vida?

Probablemente muchas, quizás demasiadas.

Ahora viene la pregunta que más me interesa:

¿cuántas veces os habéis sentido identificadas con la versión de mujer que se nos ofrece?

 

Hoy escribo un artículo de opinión, con la mía propia que sé que puede ser contraria a muchos. Pero necesito deciros que si no sois madres, que si en este momento no os sentís fuertes ni os apetece ser valientes, que si la resiliencia parece haberos abandonado; en este mismo momento seguís siendo mujeres.

 

¿Qué significa entonces ser mujer?

Llevo semanas haciéndome esta pregunta porque, aunque yo tenga claro lo que siento y lo que para mí significa, encontrar una definición conjunta en la que todas nos sintamos identificadas se me antoja, si no imposible, muy difícil. Ante esta duda, se me ha ocurrido ir a la web de la Real Academia Española de la Lengua y buscar mujer en su diccionario.

Las definiciones son las siguientes: 

 

  1. Persona del sexo femenino
  2. Mujer que ha llegado a la edad adulta
  3. Mujer que tiene las cualidadesconsideradas femeninas por excelencia. 

 

Ante este hallazgo, mi confusión es aún mayor. Tengo mucho que decir acerca de estas definiciones, pero no os aburriré con la disertación que tengo en mi cabeza, pero sí que quiero dar mi opinión sobre esta situación.

 

Definición número 1

En primer lugar, hay muchas mujeres que carecen de genitales del sexo femenino y se sienten, en lo más profundo de su alma, mujeres. Después de una lucha interna, deben seguir luchando contra la sociedad por un motivo que aún se me escapa, ¿debemos entonces descartarlas como mujeres por el simple hecho de no haber nacido de una determinada manera? ¿Es eso justo? 

 

Definición número 2

¿Cómo sabemos cuando alguien alcanza la edad adulta? ¿Nos lo dicta la biología o la psicología?  ¿Debemos regirnos por el momento en el que nos viene la regla (ese momento en el que muchas hemos escuchado ese “¡ya eres mujer!”) o debemos esperar a que nuestro cerebro madure, es decir, hasta que entremos en la treintena?

 

Definición número 3

¿Cuáles son esas “cualidades consideradas femeninas por excelencia”? ¿Es una talla de pecho grande? ¿Un cuerpo con voluptuosas curvas? ¿De verdad tiene que ver la forma de nuestro cuerpo, y su tamaño, con ser mujer o no?

 

Está claro que definir objetivamente es muy difícil, pero tampoco creo que los mensajes que se llevan emitiendo las últimas semanas “en apoyo de las mujeres” y que utilizan adjetivos como “fuerte” y “valiente” sean representativos. Es más, considero que crean una presión sobre las mujeres muy injusta, ya que parece que tenemos que ser perfectas en todas y cada una de las facetas de la vida. Yo no siempre soy valiente, y después de un año de pandemia, definitivamente, no me siento fuerte. No tengo una talla de pecho grande ni curvas o labios voluptuosos y tampoco uso una talla 38, ¿no soy mujer entonces? Sí, lo soy. No podemos simplificar la definición de un ser humano a un puñado de adjetivos. Soy mujer porque así lo siento y los sentimientos son difíciles de definir.

Del mismo modo, habrá personas de pecho grande, labios carnosos, cuerpo con figura de guitarra española y curvas dignas de una diosa del Olimpo, ¿de verdad tienen que ser identificadas como mujer simplemente por eso? ¿Y si no lo sienten así? ¿Debemos entonces obligarlas porque encaja en una definición X?

No seré yo quien proponga una definición una palabra como “mujer”, me viene grande señores, me faltan las palabras, pero sólo quiero pedir algo a todos los que tengáis algún tipo de poder mediático y la capacidad de llegar a miles de personas:

Por favor, dejad de decirnos lo que somos y cómo tenemos que sentirnos para entrar en la etiqueta de mujer”.

 

Una vez más, me siento decepcionada por la sociedad en la que vivimos, obsesionada con ponerle nombre a todo; una sociedad que no sabe vivir sin etiquetar a seres humanos en una categoría bien definida. Así que desde aquí me desligo de los estándares, las etiquetas y las presunciones. 

Yo no entro en los estándares de la propaganda de ningún partido ni de ningún color, soy más compleja que todo eso. Soy, a mi manera, una mujer imperfectamente perfecta.

 

Foto vía Pexels

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