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El alma de la mujer del Siglo XXI

“Una mujer debe ser dos cosas: quien ella quiera y lo que ella quiera.” Coco Chanel

La mujer del nuevo mundo que viene, del siglo XXI, de la Nueva Era, deviene en adaptación, equilibrio de la energía femenina y masculina, más amorosa y compasiva con sus procesos y por ende con los de su familia y el mundo.

El alma de esta nueva mujer se cuida, se prioriza, se atiende desde una posición muy diferente a la establecida por la sociedad hasta ahora. Crea su realidad a cada instante viviendo desde un presente con infinitas potencialidades y vidas.

¿Qué quiere esto decir? La mujer del nuevo mundo es una mujer visionaria, misionaria, es decir, que sigue los dictados de su corazón y voz interior. Se permite dejar a un lado los ruidos mentales, haciendo un profundo trabajo con sus creencias y con su mundo emocional, para dar voz a su ser, a su espacio interno, que la guía hacia una mejor versión.

En primera instancia, la mujer de esta Nueva Era necesitará aprender a amarse profundamente, a respetar sus tiempos y espacios, a cuidarse y a nutrirse desde dentro hacia afuera.

Veamos tres pasos que nos ayudan a salir de nuestros automatismos para darnos la oportunidad de crecer y evolucionar hacia nuestra versión mejorada:

-Tomemos conciencia de dónde nos encontramos a todos los niveles. Hay muchas herramientas que nos pueden ayudar a enfocarnos y a empezar a reconocernos con amor y compasión dónde estamos y/o de que situación de vida queremos salir o cambiar. Entre otros muchos, la meditación, buscar el silencio, pasear por la naturaleza, formarnos en un ámbito que nos apasione o en crecimiento personal, hacer terapia o pedir asesoramiento, nos puede inspirar y ayudar. Una herramienta muy buena de coaching para tomar conciencia del momento presente es “La rueda de la vida” en la que puedes observar, una vez la cumplimentas, cómo está de equilibrada tu vida en sus diferentes áreas. Con estas herramientas tomamos conciencia de nuestra situación actual. La clave es elegir la que más se alinea a nuestros valores y más placer y disfrute nos puede regalar porque así vamos a integrarla antes en nuestro día a día.

-Aprender a querernos, a aceptarnos y reconocernos como el ser que somos. Para evolucionar es inevitable que entremos a ver aquello que nos causa sufrimiento y esfuerzo y muchas veces este movimiento provoca que se abra “La caja de pandora”. Sin duda es un paso necesario, entrar y permitirnos liberar todo aquello que no está dejando desplegar nuestros dones y está opacando la Verdad de quiénes somos realmente. Para ello hará falta eliminar y trabajar con traumas heredados, infantiles, creencias heredadas y patrones limitantes tales como “No puedo conseguir más” o “No valgo para ese trabajo”, así como aprender una buena gestión emocional, aprendiendo a sentirlo todo, clave para abrirnos al mundo y vivir la vida que merecemos vivir. En paralelo habrá que ir rellenando la nueva mochila con mucho amor, paciencia y comprensión que nos permitirá ir creciendo en autocompasión, reconocimiento, merecimiento, autoestima y autoconocimiento, indispensables para ser la mujer que hemos venido a ser.

-Aprender a conectar con nuestro corazón e intuición, equilibrando entonces la parte más mental con la más intuitiva. Conectando las energías femenina y masculina, Cielo y Tierra, la parte relacionada con generar una nueva idea, por ejemplo, y la parte de ponerle acción y determinación consciente. Para ello, es indispensable el trabajo con la energía para focalizarla y atraer a nuestra vida aquello que tanto deseamos co-creando una nueva mujer, una nueva familia y un nuevo mundo. Indispensable en este punto trabajar con el contenedor del “Recibir” que en la mujer se encuentra en el útero y que nos permitirá limpiar de cargas, energías heredadas y patrones limitantes nuestro campo energético y físico. Así nos podremos abrir al mundo para expandirnos desde el ser que somos y permitirnos recibir aquello que merecemos.

Al haber hecho el trabajo de los puntos anteriores empezamos a sentir y a percibir cómo el ruido mental empieza a descender y se abre paso la voz amorosa que nos guía hacia una versión mejorada y hacia la esencia y el propósito de quiénes somos y de nuestra vida. Es entonces cuando se une la guía a la acción consciente y enfocada, inspiradas por una energía más abierta, limpia, fluida y amorosa nos permiten ir creando en presencia y a cada instante la vida que tanto deseamos. Nuevas relaciones y oportunidades aparecerán como consecuencia de esta transformación y una nueva voz con más luz y empoderada saldrá de nuestro interior.

Es cuando nos percatamos que no es cuestión de “hacer por hacer” sino de “ser desde el ser” de tal manera que cada acción se convierte en una guía amorosa que nos lleva a confiar en la magia de la vida y de los nuevos comienzos. Siendo con amor nos permitimos hacer con amor y presencia cada acción, sin necesidad de esfuerzo, entrando en un fluir constante con la Vida y con sus ciclos, permitiéndonos una mayor conexión con Madre Tierra, amorosa madre que nos muestra la energía de la abundancia en su máxima expresión.

Tomemos conciencia de nuestros procesos, con profundo amor, aceptación y honestidad e iremos abriendo un nuevo paso hacia una nueva versión de nosotras mismas, donde energías como la fluidez, el amor y la abundancia nos muestran que siempre estuvieron en nosotras esperando SER.

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