Y llega un día, en el que después de haber estado viviendo contigo misma toda tu vida, sin darte cuenta, te miras al espejo y no te reconoces.
Te das cuenta, que no eres la persona con la que soñabas ser cuando eras una niña, te das cuenta de todos los sueños que te han quedado por el camino, sueños por los que has peleado y sueños por los que se te olvidó pelear con uñas y dientes.
Te das cuenta de que has pasado media vida cuidando de los demás y has olvidado de cuidarte ti misma. Te das cuenta de que llevas varios hogares a tus espaldas, tu marido, hijos, padres, hermanos. Todo pasa por tu filtro, y eso agota, desgasta y hace que no recuerdes que tu también existes.
Pero cuando te mires al espejo y mires atrás, hazte el favor de cambiar de posición y mirar hacia delante, el futuro es tuyo, y en tu mano está el poder cambiarlo.
Te aseguro que nunca NUNCA ES TARDE para hacerlo.
Permítete poner la vida en modo cámara lenta y DISFRUTA, VIVE, RESPIRA, SALTA, LEE, OBSERVA, RÍE, porque seguro que te lo mereces, ESCÚCHATE, MÍMATE y permítete ser FELIZ.
Si eres feliz contigo misma, siempre podrás ser mejor para los demás.
Cuánto me queda por aprender….