Actualmente los límites a la hora de concebir posibilidades quedan, muchas veces, desdibujados. La amplia accesibilidad a estímulos, información y opciones nos abruma y consigue, finalmente, todo lo contrario a lo que en inicio pretendía: la persona apenas decide emprender un camino por la evidencia de tener que renunciar a otros. Sin embargo desde un punto de vista positivo, la elección abre una brecha a muchas nuevas posibilidades.
Goethe fue un genio. Eso es indiscutible. Con una inteligencia poco común y una capacidad asombrosa para aprender y desarrollar proyectos y maestría en una gran cantidad de ámbitos muchas veces renunciamos a leer sus obras al juzgarlas como elevadas. Sin embargo si saltamos esos prejuicios descubrimos un lenguaje cercano, preciso y cautivador. Sus obras resultan atrayentes para un público muy amplio ya que analiza al hombre en su totalidad por lo que todos podemos sentirnos identificados en alguna de sus obras.
¡A través de la lluvia, de la nieve,
A través de la tempestad voy!
Entre las cuevas centelleantes,
Sobre las brumosas olas voy,
¡Siempre adelante, siempre!
La paz, el descanso, han volado.
Rápido entre la tristeza
Deseo ser masacrado,
Que toda la simpleza
Sostenida en la vida
Sea la adicción de un anhelo,
Donde el corazón siente por el corazón,
Pareciendo que ambos arden,
Pareciendo que ambos sienten.
¿Cómo voy a volar?
¡Vanos fueron todos los enfrentamientos!
Brillante corona de la vida,
Turbulenta dicha…
¡Amor, tu eres esto!
Cuanto más aprendemos más conscientes somos de la ignorancia e insignificancia de nuestro conocimiento y mayor necesidad sentimos de nuevos retos y conocimientos. A menudo, hablar de hombre universales nos hace compararnos y sentirnos frustrados por no poder adquirir el mismo éxito en múltiples campos. Pero no deberíamos subestimar nuestras posibilidades pues es la principal causa de nuestro fracaso.
Goethe no busca sonar altivo o alejado de la realidad aunque habla sobre tantos aspectos que muchos matices se nos pueden escapar en las primeras lecturas. Aborda la individualidad de la persona y su relación en la sociedad, la dualidad del ser humano entre los deseos y los deberes. También habla del amor y lo complicado que puede resultar en todos sus aspectos en la vida de la persona. Trata la razón, la acción, el pensamiento…
En la pradera una violeta había
encorvada y perdida entre la yerba,
con todo y ser una gentil violeta.
Una linda pastora,
con leve paso y desenfado alegre,
llegó cruzando por el prado verde,
y este canto se escapa de su boca:
-¡Ay! Si yo fuera-la violeta dice-
la flor más bella de las flores todas…,
pero tan solo una violeta soy,
¡condenada a morir sobre el corpiño
de una muchacha loca!
¡Ah, mi reinado es breve en demasía;
tan solo un cuarto de hora!
En tanto que cantaba, la doncella,
sin fijarse en la pobre violetilla,
hollóla con sus pies hasta aplastarla.
Y al sucumbir, pensó la florecilla,
todavía con orgullo:
-Es ella, al menos,
quien la muerte me da con sus pies lindos,
no me ha sido del todo el sino adverso.
Goethe nos anima a aprovechar la vida para reflexionar, aprender y también para relacionarnos como necesidad para abrir nuestra mente a nuevas realidades. Su poesía nos hace analizar el presente y mirar al pasado para trazar un camino propio con el que sentirnos plenos. Sin duda nuestro potencial es mayor de lo que a menudo sospechamos.
¡Deja que adiós te diga con los ojos,
ya que a decirlo niéganse mis labios!
¡La despedida es una cosa seria
aun para un hombre, como yo, templado!
Triste en el trance se nos hace, incluso
del amor la más dulce y tierna prueba;
frío se me antoja el beso de tu boca
floja tu mano, que la mía estrecha.
¡La caricia más leve, en otro tiempo
furtiva y volandera, me encantaba!
Era algo así cual la precoz violeta,
que en marzo en los jardines arrancaba.
Ya no más cortaré fragantes rosas
para con ellas coronar tu frente.
Frances, es primavera, pero otoño
para mí, por desgracia, será siempre.
En la actualidad los adolescentes pueden sentirse atrapados por el romanticismo de sus poemas, los intelectuales por su lenguaje elegante y preciso y los místicos por sus alegorías clásicas y la concepción de la vida “ la vida existe para ser vivida”. Es un autor que nos empuja a buscar qué nos falta para tomar la decisión de hacer algo para obtenerlo.