Siento el pinchazo atravesado.
Dolor intenso que me atraviesa,
regusto del pasado que ya no regresa.
La nostalgia me golpea
y siento que estoy en “descompresión”.
Los pulmones pugnan por recuperarse.
El aire que se resiste a permanecer con ellos.
Recuerdo, unos ojos inocentes,
la sensación de haber partido sin opción,
un abandono sin desandar.
Pasos que quedan cerca
pero demasiado lejos al mismo tiempo.
Una piedra en el corazón
sustituye hoy mi órgano.
Siento una herida que daña,
pudre la carne
antaño llena y cubierta de abrazos.
Ahora, pérdida, vacía y yerma.
Brazos tengo que ya no acojen a quien debieran,
no tienen un motivo, un objetivo,
un querer sincero.
Llora mi interior;
mi exterior mantiene la sonrisa velada.
Los ojos buscan olvidar.
Autómata de la sociedad del “ser feliz”.
El escozor es la marea que marcha
alejando aquello que sigo amando,
en la distancia, con el silencio.
Cómo un delito sin prescribir
me oculto dentro de la sombra que soy.