fbpx

Mi querido tiempo

Mi querido tiempo:

Eres único, limitado, relativo, siempre en movimiento. Se te quiere, se te odia. A veces eres mucho, a veces poco. “Te gastas y nos desgastas”. Avanzas implacable o te congelas en un instante. Suavizas las heridas, regalas alegrías y sorprendes con tus locuras.  Me ofreces paciente las respuestas a las dudas que me plantean la vida, las relaciones personales y mi “yo” más íntimo. En ocasiones me das vértigo,  y es ahí donde reside tu poder, como el gran observador que eres y que vigila mis pasos, ya sean rápidos, lentos, impulsivos, torpes, aturdidos o sabios.

Me hablas en pasado cuando rebusco en el álbum de mis recuerdos, en presente cuando observo en conciencia lo que me rodea, y en futuro cuando me empeño en anticiparme a lo que no existe. Sin duda, “aquí” y “ahora” son tus palabras favoritas y las pintarías de un dorado brillante ante mis ojos que, a veces, miran para otro lado. Te haces visible en mi cuerpo al que vas moldeando como un artesano que cuida los detalles, haciéndolo perfectamente imperfecto. 

Se te mide de mil maneras, mutable en una primavera, una década, un siglo, una época, el ayer, el mañana, jamás, siempre… Di ti han hablado filósofos, poetas, artistas o científicos dándote forma en sus obras, en sus oratorias, sus textos, sus lienzos y sus reflexiones.

Cada uno es dueño de su propio reloj. Por eso, te respeto y, aunque a veces, se me olvida, también te valoro. Sin ti no soy nada, me desvanecería. Te gusta ser testigo de los buenos y los malos acontecimientos de mi historia vital.  Mi compromiso contigo es quererte, extraer cada gota de tu esencia, no malgastarte con quien no te merece y no perderte con lo inútil e innecesario. Gracias por ser tú y acompañarme en este camino. Solo una cosa te pido; permíteme que haga contigo lo que me inspires: amar, compartir, reír, llorar, indignarme, soñar, ilusionarme, caerme y levantarme todas las veces que necesite.

Eres uno de los regalos más bonitos que se puede dar a quienes nos importan y se puede recibir de aquellos a los que importamos, y ¿sabes por qué? Porque nunca regresas. Estás envuelto en un papel inolvidable. Marcas un baile con el tic tac de tus abrazos. Puedo sentir tus latidos en la danza de la vida, así pues sigamos danzando juntos.

Tu compañera de viaje

PD: ¿Me concedes este baile?

 

 

 

BUSCAR