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Ovejas sin lobos

Esta mañana estaba leyendo el periódico mientras me tomaba un zumo de naranja. Disfrutando de uno de los momentos más felices de mi día a día. La hora del desayuno.

He pasado por la sección de política internacional. Y he visto a un loco. Bueno, no, he visto a varios. Me gustaría pensar que sus acciones son reflexivas y aunque no comparta los medios pudiera entender el fin. Pero no.  La verdad es que no he logrado entender ni una cosa ni la otra. Y creo que mi coeficiente intelectual está dentro de una media aceptable.

Bajo mi punto de vista este trío calavera tienen una cosa en común, detonante de sus penosos actos. Trump, Kim Jong-un y Putin comparten un ego descomunal. Ellos son el único fin y los medios no importan. La lógica nos dice que tienen pensamientos y objetivos yuxtapuestos y que cada uno de ellos, desde su visión del mundo, busca lo mejor para la sociedad a la que representan y para la que supone que trabajan, sin embargo estoy segura que lo único que quieren es saber cuál de los tres la tiene más larga, si me permitís la ordinaria expresión.

Mientras tanto, los comunes mortales, miramos de reojo. Y como lo que vemos no nos gusta, giramos la cabeza para ver “cómo pasan las nubes”, como diría uno de nuestros presidentes más valorados, manda huevos, un tal Zapatero. A ver si cae algún rayo entre nube y nube…..

Si fuéramos jefes de estas personas y viendo que su comportamiento nada aporta al crecimiento de la empresa, sino que, en realidad, genera problemas, pondríamos remedio o dejaríamos que siguieran trabajando para nosotros? Yo desde luego tendría clara mi acción. Sin embargo pensamientos negativos de impotencia nos invaden pues creemos que no podemos hacer nada. Que ellos tienen el poder y son nuestros jefes. No. Lo cierto es que no lo son, la sociedad es nuestra empresa, y el poder lo tenemos nosotros, en conjunto, no como individuos, para poder marcar nuestros objetivos y corregir el rumbo si vemos que no avanzamos. Los griegos nos lo dieron. Se llama democracia y la inventaron porque querían crear unas reglas de convivencia comunes, elegidas, no por uno sino por todos. Que aquello  que provoca la locura de uno sea corregido por la cordura de todos.  Los locos de ego insaciable no están sólo en nuestra era, han existido siempre y seguirán existiendo.

Me duele darme cuenta que hemos avanzado muchísimo en conseguir avances tecnológicos que nos aportan mejoras materiales, pero nos hemos olvidado de avanzar como personas para conseguir avances morales. Nos hemos vuelto conformistas y valoramos excesivamente aquello que para mi no tiene, en realidad, ningún valor. 

Un rebaño de ovejas, siempre podrá acabar con el lobo. Lo sacan del centro del rebaño, superan los miedos que les provoca y después se unen para evitar que entre de nuevo y las separe para atacarlas mejor. Seamos pues un rebaño unido y acabemos con los lobos.

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