fbpx

Puesta a punto

Comienza un nuevo mes y ves cómo te precipitas hacia la mitad del año que creías estar recién empezando. Miras hacia atrás y ves que ya han pasado cinco meses. Miras lo que queda por delante. Vuelves a mirar hacia atrás y otra vez hacia adelante; una y otra vez. Y suspiras, entre aliviada y preocupada. Sin saber si la vida va demasiado deprisa o demasiado lenta. Todo son momentos fugaces, fragmentos, pedacitos de todo y trocitos de nada. 

Y entonces te das cuenta de que no has hecho la mayoría de las cosas que te habías propuesto. No, perdón, rectifico: reconoces que no te habías propuesto nada que te viniese demasiado grande porque sabías que no ibas a cumplirlo. Sin embargo, intuyes que en ese día a día, tan regular y monótono, sí ha habido micro-logros. Sutiles cambios, casi imperceptibles.

Y piensas que es hora de empezar a pisar un poco más el acelerador. Y acelerar despacio (¡qué incongruencia!) para transformar todos esos micro-logros en grandes logros. Suspiras aliviada pensando que te queda más de medio para conseguirlo. Y vuelves a suspirar, esta vez preocupada, porque “solo” te queda poco más de medio año para alcanzar tu objetivo.

Así que este será el mes de la puesta a punto. Cambio de filtros y aceite; lo que haga falta. Depósito lleno y toda la carretera por delante; el mes, el año y la vida…

BUSCAR