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Si tú como yo

 

Si tú también te sientes

en construcción permanente,

constantemente de paso,

rellenando agujeros,

un poco, bastante, fraude,

un mucho constreñida,

en perpetuo vaivén,

demasiadas veces transparente,

incuestionablemente errónea,

secretamente insegura,

siempre urgida por la prisa,

para no llegar nunca a tiempo,

no ya al lugar que quieres,

¡qué osadía!,

sino a aquel donde te esperan…

 

Si tú, como yo, a menudo te sientes

rabiosamente triste,

vacía hasta la nada,

enojada con todo,

y más que con todo, contigo;

forastera en el mapa de tu piel,

siempre anhelando algo indefinible

que duele en un lugar inconcreto,

¿tal vez el alma?,

urge dar un paso atrás para ganar perspectiva.

 

Es mentira eso de que hay que mirar siempre adelante. A veces, toca volver atrás y examinar la propia vida, la tuya y la de las que te precedieron. Porque no se puede vivir siempre en una huida hacia adelante en la que reaccionar es la única opción. Deja de reaccionar y acciona. Acciona los resortes de tu propia vida, los del goce, la risa suelta y libre, la asertividad -¿has probado a decir NO?, así alto y claro: NO, NO y NO-, la responsabilidad con una misma, la satisfacción de las propias necesidades y deseos… esos que se están oxidando a fuerza de no ser usados casi nunca.

 

Despójate de la capa dorada que te colgaron al tiempo que te decían que debías brillar, ser grande, perfecta, especial…, porque solo así serías digna de ser amada. Al principio, te costará trabajo; está casi fundida con tu piel. Dolerá arrancártela. Te sentirás desnuda. Querrás volver a ponértela, pero no lo hagas. Si vuelves a ocultarte bajo ella, nunca dejarás brillar a la mujer que hay debajo, la que verdaderamente eres, esa que…

 

teme, pero vuelve a arriesgar;

envejece, pero conserva una brizna de inocencia;

cae y, tras sacudirse el polvo, se levanta, altiva y orgullosa;

crea, a pesar de los destrozos que acumula en la vida;

llora, y con sus lágrimas riega nuevos amaneceres;

se marchita, pero vuelve a florecer desde dentro;

sueña, como si soñar fuera gratis;

ama, y por encima de todo, se ama a sí misma;

vive, de espaldas a la inexorable muerte,

como si hoy fuera el único día,

como si existir no pesara,

como si siempre fuera fiesta de guardar…

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