Corre alma mía,
siente tus pasos sobre el suelo
formando huellas de recuerdos
sobre la arena donde sentiste el primer cosquilleo.
Llorad ojos la pena,
no reprimáis más vuestro llanto
por las miradas que nunca en vosotros se detuvieron.
Sigue corazón marcando tu paso,
a veces joven e impetuoso,
otras viejo y a punto de detener su latir.
Cruza aquel camino que elegiste
sobre el que sangraste por nadie,
gastando el tiempo en espinos
y palabras heladas.
Sigue adelante.