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Así fué

Tres días mas y habrán pasado 23 años… y fue entonces… cuando acabé totalmente consumida en el dolor, que me despedazó y me destrozó.
Lo admito, me rompí y me hundí en un pozo tenebroso, oscuro y frío.
Y ahora desde la serenidad, admitiendo mi debilidad y mi cobardía ante la vida durante los diez años siguientes, donde estuve tumbada en ese pozo, me levanté.
Decidí volver a la vida, admitiendo ese dolor como parte de mi, en cada recuerdo y en cada aliento. Y empecé a vivir y me hice fuerte, luché y mordí para encontrar mi lugar en la vida, para llenarme de luz y de amor, y seguidamente llenar de luz y amor mi entorno.
No ha sido fácil el camino,y aun estoy pagando un alto peaje por estar invernando durante esos diez años.
Y como cada año, igual que los últimos 23, llevaré una rosa allí donde quedó el recuerdo de mi vida y de mi dolor, y respiraré hondo mirando el mar y el horizonte, para luego agradecer repetidamente haberle conocido y amado.
Y allí en la intimidad del mar, después le contaré como estoy y lo valiente que consigo ser año tras año, y le repetiré en un susurro que siempre vivirá protegido en mi corazón.
Y cada año me voy de allí con lágrimas, aunque las lágrimas mas grandes son por mí, por mi dolor, mi vacío y mi soledad por su lejanía.

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