Queriendo gritar ante una pared que no muestra ningún interés en escuchar. Así me he sentido largo y tendido. Queriendo pertenecer y cumpliendo con lo absurdo. Así empiezo, o sigo o termino. No sé.
Desubicada en tiempo y espacio o, más ubicada que nunca. Por qué continúo habitando los mismo espacios? Me corro. Que era sapo de otro pozo, por qué sapo?, por qué pozo?
Con VOZ y conmigo, acá estoy. Ahora elijo.
Y ya no me importa quien no quiera oír, ya no tengo necesidad de gritar. Ya no me importa quien lo valore, quien me valore, quien me ve o me hace invisible. Elijo.
Quiero modificar mi realidad, quiero cambiar lo que toco para que otres no lo sientan así, hostil. Para que otres griten otras cosas, pero no las mismas que estaba gritando yo. Elijo.
Fabricando mi propia expectativa y potenciando un inconformismo vinculado a la injusticia de lo que veo.
Un sueño dirigido, la valentía de ser y de hacer desde el ser. Una realidad que aplaudo y celebro.
YO