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“Dicen que la autoayuda será la religión del futuro”

Definimos los libros de autoayuda como aquellos que exponen técnicas, pensamientos, métodos o conocimientos cuyo fin es mejorar nuestra vida personal, espiritual o emocional. Estos libros buscan el bienestar, la felicidad, el descubrimiento o la inspiración.

Nacen en Estados Unidos como guías prácticas para solucionar problemas de la vida como las relaciones afectivas y sociales. Este tipo de libros han experimentado un gran auge en los últimos tiempos en los cuales sentirse bien es un objetivo para muchísimas personas.

La búsqueda de referencias, manuales, mejora, consuelo y apoyo en una sociedad más individualista, menos religiosa y quizás más solitaria convierte a este género literario en un éxito según indican los estudios especialmente entre mujeres jóvenes.

Existen grandes críticas a este tipo de libros sobre todo la idea de que hay autores que editan libros vacíos para atraer a personas que están en un momento de debilidad emocional y que buscan una brújula, encontrando sin embargo generalidades y consejos que por banales o por genéricos son poco acertados aplicados a contextos específicos. Los críticos del género también aducen que los lectores de este tipo de libros deberían acudir a un especialista profesional que los ayudase como por ejemplo un psicólogo. Los detractores argumentan que los lectores de estos libros son personas con poca formación que buscan soluciones mágicas para sus problemas.

Me vais a permitir posicionarme a favor de esta literatura denominada autoayuda, son libros muy fáciles de leer y muy atractivos y al igual que ocurre con la lotería en el caso de que fuesen útiles para resolver la dificultad la relación gasto-beneficio sería más que razonable.

Lo cierto es que cuando una persona compra un libro de autoayuda tiene un deseo de solucionar las cosas y quizás ese libro le proporcione un primer paso, un resorte para comenzar con su verdadero trabajo interior, pudiera ser ese clic ese libro, una canción, una película, una conversación, un amigo, un psicólogo, un Coach… Ese primer paso puede provocar la búsqueda de soluciones y eso es siempre positivo. Si bien algunos de estos libros en ocasiones carecen de respaldo científico en sus afirmaciones y consejos lo cierto es que en la mayoría de los casos suelen estar dotados de buena voluntad y sentido común.

El psiquiatra Enrique Rojas consultado sobre la utilidad de los libros de autoayuda contestaba que es un género muy reciente con tan solo 20 años de antigüedad y que siempre son interesantes, de hecho él tiene algunos libros editados con esta clasificación como por ejemplo “La ilusión de vivir”.  Que el libro de autoayuda tenga como autor un especialista en la materia objeto del libro es un importante requisito y aporta fiabilidad al mismo.

Se publican cada año unos 2000 títulos de este género, el planteamiento del título y el resumen para atraer a los lectores suele incluir promesas de soluciones para enganchar a los compradores.

Un alegato en positivo, cada persona que lee un libro de autoayuda establece una relación diferente con este: puede ser un lector pasivo que busca un mensaje, puede ser un lector más activo que adapta el mensaje  en función de sus experiencias y creencias y por último puede ser un lector proactivo que interpreta y obtiene el mensaje que necesita encontrar o que estaba buscando. De modo que el mismo texto leído e interpretado por cada lector provocará que le sea útil o no, que le sirva o no, que responda a sus preguntas o no…

Mi opinión es que leer es bueno, leer sobre optimismo es bueno, buscar es bueno y buscar una solución o un consuelo a través de un libro es siempre positivo. Y esta opinión también la hago extensible a las frases motivadoras que a diario circulan en redes sociales.

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