En general se da por hecho que, cuando se tienen hijos, la mujer tendrá una mayor implicación del hombre. Es algo que está cambiando pero muy lentamente.
Tengo 39 años y en mi entorno la mayoría de las parejas todavía se comportan así. Las creencias imperantes en la sociedad indican que es la mujer la que tiene que sacrificar su vida profesional, que es la mujer la que tiene que hacer el gran cambio en su vida, levantarse por las noche a atender al bebé, llevarlo al médico, organizar la vida familiar para que al niño o niña no le falte de nada (actividades extraescolares, canguros, merienda en la mochila…).
En una fiesta con niños veo como las madres son las que están detrás de sus hijos mientras los hombres charlan entre ellos. Puede que no sea el 100% de los casos, se que siempre que se dice esto salen las típicas reticencias y los 4 hombres que no son así se indignan. Incluso las mujeres no se ven así, les cuesta admitir este papel implícito. Muchas hasta creen que sus maridos son estupendos por cambiar el pañal del niño, sin ser conscientes de que ellas hacen el 80% y ellos aparecen de manera anecdótica en la relación con sus hijos.
Si, ellos ahora cambian pañales y juegan con los niños, y hasta les dicen que les quieren, un gran avance con respecto a nuestros padres, no lo niego. Pero el peso sigue cayendo en la mujer, de forma global en el mundo, y eso es innegable. Así es que lo primero es aceptarlo.
Lo primero como mujer y hombre es aceptar el roll desigual que tiene cada uno en la familia. Sin esa aceptación no se puede avanzar en nada. Haz un escaneo a tu vida familiar, ¿qué hace uno y qué hace otro con respecto al cuidado de los niños y llevar la casa?
Lo segundo es que la mujer se de el valor que se merece, se quiera y vea lo valioso que es su tiempo, su propia felicidad y su realización como persona. Cuando aparecen niños la mujer tiende a desaparecer… lo más importante son los niños y cualquier momento para ella puede verse incluso como egoísmo (por ella y por toda la sociedad). Si la mujer tiene su espacio y se quiere estará mejor con ella misma y con todo su entorno, haciendo así más felices a los demás porque dará desde un amor sano, desde su plenitud y un estado de felicidad.
Lo tercero es cambiar la situación. Los hijos son responsabilidad de los dos. Hay que establecer nuevas reglas, reglas justas para ambos, más equitativas y que permitan a padres y madres realizarse como personas completas, no solo como padres y madres.
Hay que repensar las creencias de lo que significa ser madre y ser padre, romper las que no nos ayuden y crear nuevas. ¡A por ello!