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ÉL

EL
 

El mentía

el discutía lo absurdo
y se vanagloriaba de su cobardía,
el era tan real y tan ficticio 
que de sólo sentirlo
hacia mi piel débil,
y mi corazón trocitos por el suelo 
como haciendo del amor
el más cruel de los desvelos 
El hacía de mi mundo una tortura,
y desperdiciaba mis mejores años
con un cerebro en tinieblas y en locura.
El creía saberlo todo
y no sabía ni la mitad,
y todo lo acomodaba 
a su modo y a su lugar.
El era una triste promesa 
de una vida que manipulaba
dando consejos de fortaleza.
El no creía en la perseverancia
de mirarnos hasta saciar,
y saber que nunca jamás
nos habríamos de desgastar.
El me sugirió un amor a medias
tan triste como su lamentable terquedad..
..en medio de la guerra,
de las guerras libradas en el lugar
al que yo sólo pedía 
bendición y sana voluntad.
El era recordar día tras día 
mi inmensa soledad,
cuando llegaba a casa 
y me sentía una mujer tan trivial
sin comprensión, sin esperanza
sin devoción,
rota en el alma,
esperando un segundo más de amor,
un segundo más
de un amor que no llegaba, 
un segundo más 
de un amor del que él también participaba,
y que nunca dejo que lo desbordara
desde la cabeza hasta el corazón,
con la inocencia de un niño 
que se deja llevar por la creación
El no era de la misma tribu que el sol
que bailaban y se dedicaban
canciones románticas 
colmadas de compasión.
El me recordaría al final
que fui yo
la que tome la decisión 
de seguir soportando
una engañosa adoración;
pero que seré yo la que sabiamente 
le dibuje en la frente
un marcado y decidido punto final
cuando yo me marche engañada
esperando recibir
el último toque
de su buena voluntad.
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