¡Yo creo en La Navidad! Sí, ¡creo, creo creo! Con todas mis fuerzas…es como si esas luces del árbol se encendieran dentro de mi, como si esa yo de 5 años que esperara ansiosa a Papa Noel, en la casa de los abuelos volviera a jugar!
Volviera a esperar ese golpe en la puerta de la casa que la hacía gritar de entusiasmo y susto a la vez…unos años después supe que era mi papa, que salía por otra puerta, apilaba los regalos en la entrada y después golpeaba fuerte y se escondía para disfrutar de nuestros gritos y risas y de vernos mirar al cielo para encontrar el trineo de Papa Noel por ahí….
Hoy no tengo 5, tengo 47…sigo siendo una niña en muchos aspectos, ¡gracias a Dios! Mis hijos ya son grandes y no esperan los golpes en la puerta ya – jajaja-. Pero aun así, la Navidad es un regalo…la Navidad es reencuentro, es abrazo, es deseos de prosperidad que se dan y se reciben. Si, aunque muchos digan que es de compromiso, que no te ves en todo el año y llega Navidad y hay que juntarse…que es compromiso y no Amor, aún a regañadientes…
Aunque muchos corran a shoppings atestados a gastar dinero, aunque otros digan que es una fecha comercial, aunque creas en Dios y en Jesús o no… la Navidad une, acorta distancias…
Yo voy a seguir armando el árbol, y poniendo luces y deseando un mundo mejor, cuando pongo la estrella en la punta, hasta la última Navidad de mi vida, como cuando tenía 5 años y ¿porque no? soñando que Papá (mi Papa Noel que ya no está), desde algún lugar escondido ¡siga disfrutando de mis risas!