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Fela Dominguez, la cantante preparada para asumir lo que venga

“El éxito es llegar a tu casa habiendo hecho lo que amas y dormirte con una sonrisa”

El Rey León estrena su novena temporada en el Teatro Lope de Vega de la Gran Vía agotando entradas, como suele ser habitual, y renovando parte del elenco. Esto hace que la joven cantante Fela Donínguez se incorpore a esta producción en el papel de Nala. Una cantante que protagonizó el musical El Guardaespaldas en el Teatro Coliseum también en la Gran Vía madrileña. Musical en el que Fela interpretaba con tal calidad el papel y las canciones que hicieron famosa a Whitney Houston, en la película del mismo título, que se convirtió en el principal reclamo de la función y que fue capaz de hacer que se mantuviera un año en cartelera.

Antonio Hernández (AH) – ¿Cuándo tenía 8 años se imaginabas cantando Nala en el musical El Rey León en la Gran Vía madrileña?

Fela Domínguez (FD) – Mentiría si dijera que sí. Crecí en una familia de músicos y cantantes y, aunque tuve otras opciones, canto desde que era chiquita. Mi padre me empezó a meter en el mundo de la interpretación musical haciendo doblaje de películas de Disney. Pero jamás me imaginé estar donde estoy ahora.

Si volteo y miro todo el camino recorrido y doy gracias por no haber cancelado. Por no haber tirado la toalla, ni haberme rendido ante tantos obstáculos, ante tantos noes.

(AH) – ¿Y hacer el musical El guardaespaldas?

(FD) – Imagínate. Audicioné para el musical con I will always love you, el tema mítico de la película. Una canción que yo canto desde pequeña en las celebraciones familiares.

Llegué a hacer las audiciones a través de Carlos Rivera, al que adoran aquí y yo también adoro. Fue él quien me dijo que estaban haciendo audiciones para El Guardaespaldas en Madrid.

Con mi inseguridad me dije que no. Además, pensé, en otro país y con toda la gente que canta bien esta canción. Entonces, Carlos habló conmigo. Me convenció. Y también habló con los productores españoles y les dijo que estaba disponible y que quería hacer la prueba. Cuando estos escucharon mi material pidieron que me trajeran.

De todas formas soy de las que cree que todo se da en el momento perfecto. Nunca antes ni después. Soy una mujer que tiene mucha fe. Es lo único que me ha sostenido hasta ahora. Por lo que creo que cada paso que he dado en mi carrera me ha hecho llegar hasta ahí. Y cada puerta que se ha cerrado, también porque me ha llevado algo muchísimo mejor.

(AH) – ¿Por qué empezó a los 8 años? ¿Por el entorno familiar?

(FD) – Completamente. Ahora bien, aunque no tengo videos que lo avalen, dice mi mamá que yo tarareaba las canciones, que las imitaba y afinaba muy bien. Por lo que me enseñaron a leer música desde pequeña.

Mi mamá, estando embarazada de mí, trabajaba de corista con una cantante mexicana. Así que mientras mi mamá cantaba y trabajaba yo escuchaba la música en la panza. Tuve contacto con la música antes de nacer.

El caso es que como afinaba mis padres me fueron involucrando cada vez más en la música. Me daban partituras que yo estudiaba. Empecé con 14 años la carrera. La hacía con una preparatoria abierta [lo que puede ser el bachillerato español en la actualidad]. Me llevaban a castings para doblaje de películas de Disney y me quedaba. Fue algo que me empezó a gustar cada vez más.

De chiquita sufría mucho por el color de mi piel en la escuela. Siempre me molestaban porque tenía la piel oscura. Sin embargo, ahora que veo mi vida hacia atrás, me doy cuenta que mi color de piel me ha ayudado a conseguir los dos papeles protagonistas que he tenido en el teatro musical.

Lo anterior confirma que todo está hecho para que se dé el momento perfecto. El Rey León es un musical lleno de africanos. En el que mi tez mulata es lo mejor que me podía pasar. Lo que me ha ocurrido me ha ayudado a amarme, a aceptarme. A dejar atrás la inseguridad que esto me generaba de pequeña por lo que me sucedía en el colegio. A darme cuenta que por el color de piel no eres ni menos ni más.

(AH) – Pero las niñas y las adolescentes lo que quieren es salir a jugar y estar con sus amigas, ¿qué la hizo continuar?

(FD) – Hice a la música mi mejor amiga. Además, tengo la fortuna de tener tres hermanas mujeres que son mis mejores amigas. Así que me decía que no necesitaba más.

Es cierto que he tenido amigos en el colegio, uno o dos, que siguen siendo mis amigos a día de hoy. Pero es cierto que hacían fiestas de pijamas y yo tenía que estar en un concierto con mi papá. A los 16 años ya tocaba por las noches en un bar con la banda de mi papá música de los 70.

Siempre fui cuidada por mi familia y por los músicos en México. Nunca me faltó nada. Tuve una infancia especial, espectacular, y eso me formó y me dio una disciplina para estudiar. Me permitió entender que uno no es músico porque cante bien. Tengo una carrera como un médico. Fueron años de estudio e hice mi carrera como músico. Añadido a eso soy cantante.

Fue una fortuna crecer en ese ambiente. Aunque fue complicado. Mis maestras me llegaron a decir que me explotaban porque me ponía a trabajar en un bar cantando jazz.

Mi casa siempre era un fiesta. Mi papá tocando la batería. Mi madre tocando el piano. Mi abuela era cantante de boleros.

(AH) – Y usted tocando el violonchelo ¿por qué eligió este instrumento?

(FD) – Entré con 9 años en el Conservatorio Nacional de Música de México en el que se aprende música clásica. No entré con canto porque lo que enseñaban era lírico y yo no quería saber nada de lírico. Así que tenía que elegir un instrumento para entrar.

Yo quería arpa, pero mi madre me dijo que ni de chiste me iba a comprar un camión para transportarla y que tenía que buscar uno más pequeño. Así que elegí el chelo porque siempre me llamó la atención. Se me hace un instrumento muy triste, muy melancólico y muy fuerte.

En la gira de Alejandro Fernández en la que trabajé me lo rompieron en un vuelo. Así que lo dejé de tocar y ahora estará lleno de polvo.

(AH) – Cuando llegó a la Gran Vía ¿coincidió con cómo se la había imaginado o la encontró diferente?

(FD) –Con tantos teatros abiertos y tanto musical se me hace más hermosa todavía a cómo me la imaginaba. Es una calle con mucho arte.

La primera vez que vi la Gran Vía fue cuando audicioné para El Guardaespaldas. Como tenía jet lag a las 5 de la mañana no me había dormido y andaba como sonámbula por esta calle [la entrevista tiene lugar en el Teatro Lope de Vega donde se representa El Rey León y que se encuentra en la Gran Vía] Me quedaban dos horas para coger el vuelo y me metí en una pizzería y me decía “Imagínate que te dan el papel y que caminas todos los días por esta calle.” Unas horas después, al poco de aterrizar en México, me llamaron para decirme que el papel era mío.

Hay que tener cuidado con lo que se sueña porque se hace realidad. No se hace realidad por decir “quiero ese papel”, sino por haber estudiado y trabajado mucho tiempo. Me han dicho no tantas veces, he llorado tanto que llega un momento que solo tienes que estirar los brazos, recibirlo y dar las gracias. Seguro que a mucha más gente le ha pasado lo mismo y entienden lo que estoy contando.

(AH) – ¿Es dura una carrera artística en México?

(FD) – La hace dura la época en la que estamos, en la que a la gente le cuesta mucho creer en nuevas propuestas. Se apuesta por un género musical, un vestuario o un efecto visual en un video que funciona sin pensar en lo demás.

Obviamente, si a ti no te va ese tipo de género o ese tipo de cosas se te cierran las puertas porque eres un producto nuevo. Habiendo estudiado tanto te das cuenta que eso no tienes ningún valor para los productores.

Tocas muchas puertas y siempre te falta algo. Aunque estoy hablando en primera persona, estoy segura que mucha gente que lea esta entrevista se va a sentir identificada.

Llegas con un producto nuevo, honesto, cantando en vivo y te dicen “¿por qué no te vistes como tal?” o “¿por qué no bailas como tal?” La gente no acepta lo que les traes y tratan de cambiarte. Yo creo que como cantante lo único que tenemos es nuestra esencia. En el momento en que la pierdes ya no tienes ningún mensaje que dar.

En esta situación resulta muy complicado mantenerse fiel a lo que se quiere hacer, a lo que se cree y al mensaje que se quiere transmitir. Ha habido disqueras que me han hecho ofertas que he rechazado. Prefiero trabajar en un bar cantando jazz a hacer algo que no me guste.

El éxito es llegar a tu casa habiendo hecho lo que amas y dormirte con una sonrisa. La fama si viene después, es bienvenida, pero si la buscas en primer lugar, estás fallando.

A mí, tener una carrera en México me ha costado mucho. Me han cerrado muchas puertas y me han dicho muchas veces que me faltaba algo. Es verdad que no toda la gente. Hay gente que me ha dado mucho y, además, amo mi país.

También te pueden llegar cosas que no tienen que ver contigo, pero tú tienes que mantenerte haciendo en lo que crees. Eso lo hace más difícil.

Por otro lado, estamos viviendo un momento muy fuerte para las mujeres en México y en el mundo. Un momento en el que las mujeres ya no nos quedamos calladas, ni nos dejamos manipular. Ya no somos sumisas. Creo que las mujeres que hacemos música tenemos que coger este mensaje. La música es una puerta para ese mensaje. Algo que todo el mundo escucha. Es un bálsamo, da esperanza, es un medio de desahogo.

(AH) – De todo esto que está hablando ahora ¿qué encuentra en el personaje de Nala que interpreta en El Rey León?

(FD) – Nala me llega ahora como anillo al dedo. Nala, entendiéndola como un ser humano, es una mujer muy fuerte. Todo el tiempo está nadando contracorriente. Es la única de su manada que sale a buscar una solución. Es una mujer joven sin experiencia. En realidad no sabe lo que va a pasar. Pero sabe que tiene que buscar porque tiene fe y esperanza en que va a encontrar algo mejor. Sabe que puede morir en el intento pero se va sin dudarlo.

Pienso en la canción que canto en el musical y se me pone el vello de punta. Ella deja todo, que es lo que yo hice al salir de mi país. Dejé todo lo que amaba para buscar en otro país algo nuevo. Nala deja la manada para buscar el desenlace de El Rey León. Es un personaje muy importante en este musical.

Tener la oportunidad de volver a interpretar a Nala [ya la interpretó hace 5 años en México] es una suerte porque, creo yo, que tengo un poco más de madurez para poder transmitir a través de ella este mensaje.

(AH) – ¿Qué le diría a un profesional que tuviera que dejarlo todo para irse a otro país para desarrollar su carrera?

(FD) – El primer paso debería ser el aceptar que es algo que duele, que vas a echar mucho de menos a la gente que quieres y tus costumbres. Y hacerlo con muchísima fe.

Hacer este tipo de cosas nos permite a las mujeres darnos cuenta de lo fuertes que somos. De la capacidad de supervivencia que tenemos. Te hace reaccionar en momentos que crees que vas a quedarte pasmada.

Cuando me escriben y me dicen que se quieren ir a audicionar a Holanda, siempre les digo que cojan un avión y que vayan. Y cuando me responden que qué pasa si les dicen que no, yo les respondo que no se van a morir, el no ya se lo dieron, que en lo que tienen que pensar es qué pasa si les dicen que sí.

Si yo no hubiera cogido ese vuelo a Madrid por miedo a que me dijeran que no me quedaba yo no estaría ahorita aquí. Creo que el no ya lo tenemos. La diferencia entre un “no” y un “sí” es ser valientes. No perdemos absolutamente nada. Eso sí, hay que dar absolutamente todo en la audición y en la entrevista de trabajo.

(AH) – ¿Qué diferencia encuentra entre una carrera profesional en España y en México?

(FD) – Como vengo de la parte musical, creo que en Madrid no hay tantos lugares para tocar y cantar música en vivo. Aunque la gente a la que se lo he comentado me han dicho que lo que ocurre es que no conozco bien la ciudad y por eso desconozco esos lugares.

Sin embargo, aquí hay más movimiento, más jaleo. Creo que es el momento en el que Madrid está resurgiendo. En la ciudad hay mucha cultura musical, muchos teatros y muchos musicales, por eso hay muchas oportunidades para bailarines, actores y artistas.

Además, he observado que se acepta absolutamente a todo el mundo. Hay gente de todas partes, por lo menos en las dos producciones de Stage Entertainment en las que he trabajado en Madrid. Es algo que tengo que destacar porque gracias a eso, en vez de dárselo a una persona famosa por el simple hecho de serlo, me dieron el papel protagonista, cuando a mi nadie me conocía en España, pensando en la producción. Eso da credibilidad a cualquier empresa.

Eso también me pasó en El Rey León en México. Me dieron el papel de Nala sin que fuera famosa. Pero tanto Disney como la empresa mexicana apostaron por mi talento.

(AH) – Ha hablado de que cantaba jazz ¿qué es el jazz para usted?

(FD) – Es un canal de transformación muy fuerte que me ha permitido madurar artísticamente. En México me invitaron a entrar en la Big Band Jazz de México y me puse a estudiar a todas las grandes cantantes de jazz y blues como Ella Fitzgerald, Billie Holiday, Etta James, y, no sé que paso, pero lo absorbí todo.

Estuve con ellos dos años. Fue una época increíble. De hecho, en México mucha gente me conoce como cantante de jazz y yo no me puedo considerar cantante de jazz. Tuve la oportunidad de cantar ese género y le pude aportar blues y soul. A partir de ahí me llamaron muchos grupos de jazz para cantar con ellos y me aventaba toquines. El jazz es algo que me acompañará para siempre.

(AH) – ¿Cómo se ha sentido siendo profesora de la Universidad Panamericana?

(FD) – Tener una experiencia y poder transmitirla es un regalo. Conmigo lo hicieron muchas personas. Gracias a ellos pude tener una visión más amplia. Personas que también me inspiraron.

El ser profesora me permitió inspirar a niñas que estaban a punto de dejarlo porque les dijeron que no, o porque se comparaban con otras y estaban empezando a dejarse manejar por los estereotipos de estar demasiado gorda o demasiado flaca. El que me dejaran compartir lo que había aprendido aquí en Madrid con alguien más fue un regalo.

(AH) – ¿Sigue estudiando?

(FD) – Claro. Nunca dejas de aprender. La música evoluciona cada segundo. Es muy diferente cantar en un concierto a cantar en El Rey León. Y es muy diferente cantar en El Guardaespaldas. En este último cantaba 13 canciones, en El Rey León solo canto una pero tengo que dar lo que daba en las 13.

Además, debes poder cantar sin que te lastimes la garganta. Siempre hay técnicas nuevas. Siempre hay maestros que te pueden enseñar. En España he aprendido la técnica lax vox que sirve para rehabilitar las cuerdas vocales cuando se dañan.

Lo bueno de estar a este lado del charco es poder aprender todas esas técnicas que vienen de Holanda para seguir creciendo.

(AH) – Si alguien quisiera trabajar en el teatro musical ¿dónde le diría que estudiara?

(FD) – Hoy en día hay tantas escuelas que no me atrevería a mencionar una. Pero si le diría que debería investigar. Ahora hay mucha información gracias a Internet en la que encontrar qué se necesita y donde encontrarlo cerca del lugar donde se quiera ir a trabajar. En cualquier lugar debe haber una gran escuela para aprender lo que se quiera aprender. Con Internet ya no hay excusa para decir que nadie me dijo esto o lo otro, o no me enteré. Es nuestra responsabilidad buscar y preguntar.

(AH) – ¿Qué busca Fela? ¿Hacia dónde quiere ir usted?

(FD) – El teatro musical ha sido una sorpresa en mi carrera pero yo lo que siempre quise ser es cantante solista y hace tres días tuve la oportunidad de filmar mi primer video.

Justo antes de venirme a Madrid una disquera me firmó un disco. Algo increíble porque las disqueras ya no te firman discos. Pero Dios sigue sorprendiéndome. De repente lo imposible se hizo posible y Universal Music México firmó. Son historias que en breve voy a poder contar.

(AH) – ¿Dejaría su carrera en el teatro musical?

(FD) – No me atrevo a decirlo. Cuando acabé El Guardaespaldas dije que me iba a enfocar mi carrera de solista. Y sin embargo, no solo estoy haciendo más teatro musical sino que lo estoy haciendo otra vez en Madrid.

La vida te da vueltas y no sabes lo que se te va a presentar. En este momento de mi vida me gustaría continuar con el teatro musical si puedo seguir con mi proyecto personal porque el teatro musical me ha hecho lo que soy ahora. No habría podido grabar el video, firmar con una disquera o tener el temple necesario para estar en un escenario si no hubiera sido por el teatro musical. La disciplina que te da el teatro musical creo que no te lo da otra cosa.

(AH) – ¿Se atrevería a cantar en otros idiomas?

(FD) – Por supuesto. Amo el portugués. Siempre he cantado en inglés, de hecho empecé cantando en inglés. Tengo muchísimas ganas de meter en mi repertorio alguna canción en inglés. Con el lujo que tenemos con Internet existe la posibilidad de pensar a lo grande. Pensar que mi música se puede escuchar en otros países y en otros idiomas.

(AH) – Hemos hablado de muchas cosas pero ¿hay algo de lo que no le he preguntado y que le gustaría hablar?

(FD) – A mi me gustaría hablar de que esta carrera es muy complicada y que me ha resultado más fácil por la familia que tengo. Hay que tener siempre los pies en la tierra y tienes que rodearte de gente que te ayude a ser mejor.

Una vez alguien me preguntó que dónde quería cantar. Le respondí que en algún momento me gustaría cantar en el Madison Square Garden de Nueva York. La persona que me lo preguntó se rió. Y le dije que por qué se reía, que yo estaba todos los días trabajando y escribiendo canciones para conseguirlo, pero que a mi no me daba risa. Si yo no pienso a lo grande sobre mí, ¿quién lo va a hacer?

No tenemos que pensar como nos han dicho. Hay que tirar a lo más alto siempre, pero trabajar desde el primer día para conseguirlo. Nada llega fácil y si tú no estás preparada eso que te llega se tambalea porque no tienes la madurez necesaria para asumirlo.

Por eso agradezco a Dios la familia que tengo. Cuando me caigo me levantan. Cuando me vengo arriba me dicen que no me eleve tanto. Ese ha sido el factor más importante en vida.

 

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