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Hilma af Klint (1862-1944)

Artista sueca pionera en el arte abstracto.
Hilma af Klint nació en Solma, Estocolmo, desde muy pequeña se sintió atraída por el dibujo y la pintura. Gracias a la posición económica de su familia pudo ingresar en la Real Academia de Bellas Artes. Perteneció a la primera generación de mujeres europeas que pudo formarse artísticamente. Llegó a ser una pintora reconocida pintando paisajes naturalistas y retratos.
Hilma tenía dieciocho años cuando murió su hermana pequeña, este hecho la conmocionó profundamente y le hizo interesarse por el espiritismo y el ocultismo, dando un giro radical a su vida y su arte.
Junto con cuatro amigas crea un grupo llamado Las cinco. Se reunían semanalmente y a partir de sesiones de espiritismo, practicaban la escritura y la pintura automáticas, anticipándose así décadas al surrealismo. Entraban en estado de trance para recibir instrucciones de “seres superiores”. A través de la pintura y los escritos se comunicaban con ellos. El grupo se disolvió debido al temor que generaban estas prácticas. Hilma continuó en solitario.
Pensaba que había una dimensión espiritual que el ojo no podía ver y ella trataba de hacerla visible a través de su pintura. Decía que pintaba guiada por seres superiores, que no pintaba, sólo canalizaba.
Desarrolló el lenguaje abstracto años antes de que lo hicieran Kandisky, Malevich o Mondrian.
En su obra abstracta de gran formato aparecen elementos recurrentes como círculos concéntricos, óvalos y espirales. Abordaba temáticas metafísicas, como la dualidad materia y espíritu, lo masculino y lo femenino, el cosmos, el origen del mundo…
Se unió a la Sociedad Teosófica y abandonó la pintura en 1925.
En vida sólo expuso su obra figurativa. En su testamento dejó escrito que su obra abstracta, 1.200 cuadros y dibujos, junto con 15.000 cuadernos de anotaciones y bocetos, no vieran la luz hasta al menos veinte años después de su muerte. Estaba convencida de que antes no podría ser valorada y comprendida. Su sobrino, su único descendiente, obedeció sus órdenes y su pintura se guardó en un almacén de Estocolmo. Con el paso del tiempo fue olvidada convirtiendo a Hilma en una de las grandes artistas secretas de la historia.
Fue en 1986 cuando sus cuadros vieron la luz por primera vez. Su pintura reescribió un capítulo de la historia del arte.

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