Tantas veces me pregunte, tantos por qué a tu partida, cuando tomaste tus cosas y te fuiste, dejándome desolada sin respuestas a mis preguntas, pensando que yo era la equivocada, que no había dado más de mí en la relación de pareja, sintiendo que todo era mi culpa que por mi te habías ido. Me daban vueltas mil ideas por mi cabeza, si te habías ido ¿porque era? Por qué yo era menos para ti, socialmente incorrecta, porque no era linda o tan joven o no te hacía sentir íntimamente como en los primeros años?, Porque el tiempo que compartimos solos era poco?, con los niños corriendo por la casa todo el tiempo, pensando si nuestras escapadas esporádicas no llenaban tu alma, o ¿por qué en realidad este amor que nos prometimos había llegado a su fin, en un pasado estaría temerosa de preguntar que te había llevado a tomar la decisión, me quedé tan sola con mi alma con un dolor inexplicable, que calaba tan hondo , tan hondo que me dolía el pecho al respirar, tan hondo era el dolor que lo único que lo calmaba era llorar sola por los rincones de nuestra casa buscando tu presencia, no encontraba sentido a mi vida, ni ganas de comer ni bañarme tenía, por las noches me despertaba pensando en que había fallado, yo si yo, en que había fallado y lógicamente no había respuesta a esa pregunta que parecía enloquecerme por dentro. Ni los hijos de ambos, me daban valor para seguir, ni ellos llenaban el vacío enorme que tu dejaste en mí, tantas cosas pensé y le puse tantos calificativos a tu actitud, que los minutos se convirtieron en horas, las horas en semanas, las semanas en meses y los meses en años y al fin mi alma pudo perdonarte. Como dicen por ahí, el tiempo lo cura todo y no hay palabras más sabias. De a poco fui armando mi vida nuevamente, hoy no soy la misma que conociste, esta mujer de carne y hueso que ves erguida de pie frente a ti, se demostró a si misma que no había un porqué, que las personas toman decisiones y eso altera el curso de nuestras vidas, que no era yo la equivocada, que el equivocado eras tú, por eso hoy más convencida que nunca digo no a tu regreso. Que si soy imperfecta, claro que lo soy pero también soy, feliz, genuina, de buen humor, alegre, honesta conmigo misma y con los demás, autosuficiente, cariñosa y presente para mis hijos siempre, no soy hipócrita, apuesto a la vida, a los sueños, al amor. No me arrepiento de lo vivido, soy mi pasado, mi presente y mi futuro …..y puedo decirte con firmeza, cuando pienses en los porque? Primero piensa en lo que brindaste a la persona que estuvo a tu lado y si lo diste todo, esa es la respuesta que buscabas.
Dejo el pasado atrás
