Déjame regresar al día que nos conocimos,
en el momento en el que todo era fácil entre nosotros dos.
Déjame volver al día
que nuestras miradas
se encontraron por vez primera,
en aquella tarde de verano
donde nuestras risas estuvieron unidas
en la misma habitación.
Déjame echar atrás, atrás en el tiempo
qué no nos perdonó aquella primera promesa.
Aquella que hicimos ignorantes, inocentes
y despreocupados sin saber de nuestro futuro.
Déjame volver a aquel lugar donde dejamos de ser extraños para ser parte uno del otro,
aquel lugar donde perdimos la cabeza por primera vez.
Déjame volver a aquella sala donde bailamos por primera vez,
donde por unos instantes ignoramos a los demás que nos miraban sabiendo algo que nosotros ignorábamos.
Déjame echar atrás, atrás en el tiempo
qué no perdonó aquella primera promesa.
Aquella que no pude cumplir por tí y por mí.