A mi aita
Hueles a hierba y a rocío.
Eres una campa de manzanos en flor.
Me siento en tus rodillas.
Me bendices la cabeza entre las manos.
Sigues andando,
andando,
andando por tus propios pies…
Frotas el anillo.
Viertes la sal.
Me acurrucas los párpados.
Y nos escapamos juntos.
Vuela sin freno, espléndido caballo negro.
Llévanos hasta el final.
Teresa Iturriaga Osa / Andra Mari