Hoy abrazo lo improbable.
Me aferro sin tocar
aquello tan intangible como el humo,
que crea y danza
al alcance de quién ilusionado cree que puede poseerlo.
Hoy le susurro a la niebla
que desciende de las alturas a caminar, brevemente,
por estas calles mojadas
a las que nadie ha salido aún.
Hoy, quizás es ayer sin que me haya dado cuenta.
Tal vez ya se inició la cuenta
para el mañana que apenas ahora se vislumbra.
Hoy.
Hoy, te llaman presente
y te siento como un sueño.
Tengo la sensación
de no haber caminado contigo.
Hoy sin prisa dejo que suceda lo imposible,
que vuelva a nacer lo que estaba muerto, diferente y con nuevas esperanzas.