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La batalla del hambre

 
 
No tiene casi dientes, al menos ninguno a la vista. Es muy delgada, pero se nota que en sus años mozos estaba en forma.
 
De las bolsas saca diferentes tipos de alimentos, primero el bocadillo del que compartió casi todo el pan con las palomas. Luego las invitó a patatas chips, y ahora disfruta tranquilamente de una manzana que corta en trozos pequeños con un cuchillo.
 
No mira más a la gente que a las aves.
 
Un chico se acerca a un tacho de basura y como tesoro se lleva una manzana verde. Ella le saluda y sin mediar palabra saca un bocadillo de una de sus bolsas y se lo ofrece a la distancia. El chico niega con la cabeza y levanta su trofeo, el pedazo de manzana verde recién recuperado de la basura.
 
No habla.

Una cotorra baja a disputarle un trozo de pan a las palomas y no hay duda de quién gana esta pelea.
 
Ella sonríe y me señala la cotorra, no quiere que me pierda la batalla del hambre.

 

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