fbpx

La Rueda del Tiempo

Se ha escrito mucho de la vida y de nuestra razón de ser y propósito en ella, así que no voy a hablar de eso, pero sí quiero hoy escribir sobre la esencia  que nos rige y que nos impide quedarnos igual o  volver atrás, el tiempo, esa variable que condiciona la vida.

Nacer en este mundo implica, sí o sí, tener un tiempo determinado y morir en él.

Nacer en este mundo implica entrar en un recorrido marcado por amaneceres y anocheceres exactos, siempre uno después del otro, y que  como  una rueda que gira hacia adelante, nuestro existir gira en esa rueda a su ritmo y no al nuestro.

Entrar en esa rueda supone ir hacia adelante, nunca hacia atrás,.

Aterrizamos en esta vida  sin saber de dónde, por qué, ni para qué, sin recordar nada, sin saber hacer nada y totalmente dependientes de alguien, casi siempre de nuestros padres.

Al llegar entramos inmediatamente en esa rueda del tiempo, empezamos a cambiar y a aprender poco a poco cómo sobrevivir, empezamos a entender dónde estamos, paso a paso, giro tras giro, vuelta tras vuelta sin poder devolvernos para repetir el giro, sin poder frenar la rueda para pensar. Lo máximo que podemos hacer es recordar el giro anterior para que la siguiente vuelta sea mejor, igual o diferente, lo que queramos, eso ya es otro tema, pero la rueda nunca se detiene para esperarnos

Esa rueda llamada tiempo nunca cambia de dirección, sólo avanza y nosotros simplemente vamos a su ritmo con personas que coinciden  a nuestro lado, ganando cosas, perdiendo otras, riendo o llorando, con aciertos y desaciertos, con errores y éxitos, con cuidado o sin mesura, pero  ahí vamos, para adelante porque no podemos hacer nada más. Sólo tenemos una oportunidad de girar en esa rueda en la que, sin saber cómo, aterrizamos.

Cada uno de nosotros entra a la rueda con giros contados y sin freno, y aunque pensemos que hay temporadas de nuestra vida en las que estamos quietos, en las que no quisiéramos hacer nada, lo cierto es que la rueda sigue girando y depende de cada uno si corre dentro de ella y con ella, o se paraliza y da vueltas sin moverse.

Todas las personas pensamos cosas como, “después hago esto”, y muchas veces simplemente vivimos como si las cosas que nos entristecen y nos bloquean no existieran, porque nos acostumbramos a que así es la vida, pesada, es como si pensáramos, muy en el fondo del alma, “después lo arreglo”.

Creemos, erróneamente, que tenemos varias oportunidades de entrar en la rueda, como si tuviéramos más vidas y pensáramos “en otra vida soy feliz, en otra vida cambio esto, en otra vida seré así”, sin darnos cuenta de que cada amanecer y anochecer es único y ya se fue, ya pasó y ya lo viví, como quiera que yo lo haya elegido vivir.

Así que qué mejor frase para cerrar este escrito que lo que decía mi tío:  “El mejor día de mi vida es hoy”.

BUSCAR