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La vida se complica

Se me está complicando la vida, ella solita, sin que yo vaya liando más el asunto.

No ha hecho falta que hiciera nada y mira que soy de las que tropieza en llano pero, esta vez iba bien atenta.

La vida se complica.

 

Mira que le avisé la última vez, aquella que me redujeron la jornada y por ende el sueldo y, además, me dijo el otro que había otra pero no nueva sino a la vez que yo.

Esa vez le pedí a la vida que me preguntara antes, que no volviera a ponerme del revés sin pedirme permiso.

Nada.

De nuevo.

Ni permiso ni perdón.

Yo enarbolando mi bandera de valiente y libre a la vez y ¡zasca!

Maxi mega complicación: Pandemia

Antes de esto ya eran complicadas para mi ciertas cosas: quedar con los amigos, acabarme un libro, encontrar varón al gusto (para un rato o para un largo).

Ahora para quedar con mis amigos he de leer el BOE para fijar horarios y territorios, hacer sondeo de aislados, esperantes de PCR, positivos y esquemas de contactos.

Buf y rebuf.

El libro no me lo acabo por lo de antes (me duermo encima a las 21 de la noche) y porque lo de comprar/pagar me lo empiezo a pensar: apretarse el cinturón.

Cuando se acabe lo malo vendrá lo peor.

Lo de encontrar varón para noche de pasión pasó a ser recuerdo (también anhelo).

También puedo enamorarme, bueno…no, no puedo.

Eso no se puede planear;  te enamoras o no te enamoras.

Como le leí a ella: “que en paz descansen mis ganas de volver a enamorarme”

De mis imposibles ni hablamos.

Antes lo eran pero con alguna pincelada de “igual sí se cumplen….quién sabe…”, que hacían que no se tacharan de la lista de forma absoluta.

Ese curso de eso que quería hacer mi nueva profesión, publicar uno y luego dos poemarios, (aprender antes, también) el año sabático, el verano en furgo, fotografía profesional y juntarlo todo…

“Los sueños están para cumplirlos” dice mi taza: me río y no la tiro porque me gusta reírme con el desayuno.

La vida se complica.

Si antes de la pandemia mi mochila andaba llena de compromisos ahora va desbordada: responsabilidades, de las vitales que pesan y ocupan.

Ante todo este panorama quedamos unos cuantos que buscamos la ilusión de cada día en el amor.

Lo sé, no puedo evitarlo, la vida cuesta y cuando se complica cuesta más pero vale siempre mucho más amando.

Lo creo.

Amor que empuje y añado: amor que sepa de logística.

La vida se complica.

Conforme cumplo años no me vale un amor romántico, ojalá no me hubiera valido nunca pero para eso ya haré otro texto.

Me vale el amor que está ahí porque quiere estar, el que acorta distancias, el que recoge el pan y el que entiende que todo el espacio disponible no lo puede ocupar.

Me vale el amor de ella, el de ellos, el de él.

El tuyo.

Siento que cada vez la gente es más tiesa, más compacta, más inadaptable.

Triste es decir esto pero así lo creo: hacen nudos de aire para no tener que deshacer ni cortar nada al marchar.

Si no toco la mierda me quedo, ya sabes.

Cierro esto con el refranero español que resume mi ir y venir por las palabras: obras son amores y no buenas razones.

Y más cuando todo se complica.

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