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Mi pequeña gran mujer

Hoy es el día internacional de la mujer. Para mí, es un día más en el que trabajo, amo, río y lloro, en definitiva soy la misma de ayer. No hay diferencia para mí, ni me siento más o menos orgullosa de mi condición de mujer, y en verdad creo que mal vamos si solo nos damos cuenta, la sociedad en general, no solo las féminas, de lo que todas hemos ido consiguiendo a través de los años solo porque una fecha concreta nos lo recuerda. 

Sin embargo hoy quiero hablaros de una mujer. Una que crece y cambia cada día. Y con ella crezco y cambio yo. A ella no le importa si hoy es tal o cual día, pues tampoco tiene conciencia que hubo un tiempo en el que la mujer no tenía las libertades de las que ella goza ahora, simplemente para ella es un gran día porque hoy acaba los trimestrales, esos exámenes que le han estado robando el tiempo libre que ella dedica a cultivar a la que será sin duda una mujer increíble. 

Ella tiene sus opiniones, convicciones, y va formando un carácter enérgico y bueno. No tiene miedo a decir lo que piensa, y ayuda a quien lo necesita y para los pies a quien ella considera que no hace lo correcto. Se inhibe de lo que para ella no es interesante o no le conviene. Aprende de sus fracasos y gestiona como puede sus frustraciones. Celebra sus triunfos con orgullo y saborea los frutos que le da el hacer las cosas bien. Yo mejoro con ella, porque aunque soy su madre y tengo más experiencia e intento hacerle ver las cosas a mi manera a veces es ella la que acaba haciéndome dar cuenta que siempre hay otro modo de verlo. 

Creo que lo mejor que podemos hacer las mujeres de hoy es aprender de las grandes cosas que hicieron las mujeres de ayer y sentirnos orgullosas de sus sacrificios, intentar que las mujeres de mañana, nuestra hijas, luchen por lo que quieren, sin hacer daño a nadie pero sin dejar de intentar llegar a sus metas, porque seguro que llegaran cada vez mucho más lejos. 

 

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