Al menos un tiempo antes de ver en tus ojos, tan solo con saberlos, cambiaste el rumbo de mi camino. Ya no un atrás y un delante. Ya no más in principio ni un fin. La infinidad y la profundidad de tu escasa y confusa presencia, reflejada en tus ojos. La elección inevitable de tu prioridad. El orden y desorden de mi universo, ahora de dos soles.
En pausa y en comienzo, en un nuevo comienzo ubicado no sé dónde. Un momento de claridad confusa y de confusa claridad donde no importó nada y a la vez todo tuvo sentido. El punto de consciencia infinita.
Luego, complicaciones y angustias. Soledad. Dificultades, obstáculos y un sinfín de batallas perdidas, ganadas y por jugar.
Un antes y un después colado entre tus pestañas.