Últimamente he visto dos series de hospitales. Son interesantes por la particularidad de las relaciones personales.
Son más que compañeros de trabajo. Comparten situaciones que los demás no podemos entender ni sobre todo sentir. Me fascina cómo se puede luchar cada día por la vida sin descanso. Me maravilla la capacidad de “poder” que ejercemos si lo queremos hacer. ¿De qué poder? Del que tenemos todos para conseguir lo que queremos.
Sí, es una serie, novelada, que la realidad no es así. ¿No? ¿De verdad crees que no es así? Yo a veces creo que es peor.
Desde diferentes posiciones y comportamientos tratan de llamar nuestra atención sobre las ganas de conseguir algo que se desea. ¿Qué hay obstáculos? Seguro, siempre los hay. Pero estamos para crecer y evolucionar, para sentirnos vivas. Saltarlos y creer en nosotras debe de ser nuestra prioridad. Que nos damos un golpe, nos levantamos, nos sacudimos y seguimos.
¿Qué tienen en común la dos series? Lo que a mi más me gusta de ellas son tres cosas:
La forma nueva que tienen los protagonistas principales de ver las cosas de una forma nueva, diferente. Sobre todo son transparentes, es como si cada día se descubrieran por primera vez. ¿Cuántas primeras veces recuerdas este mes o el mes pasado? Es complicado hacer de las situaciones diarias y cotidianas algo nuevo. Ese es el reto. Me maravilla poder hacerlo.
La honestidad. Obvio que presenta situaciones en las que se quiere destacar los valores buenos de las personas. ¡Tú eres así! No nos damos cuenta. En las series me gusta preguntarme qué haría yo, cómo me comportaría, que diría, cómo me sentiría. Es genial hacerte esas preguntas desde el sofá de casa sin pasar por un mal trago. Justamente por eso me hace plantearme si estoy haciendo lo que quiero para ser quien quiero ser, porque estoy tranquila y puedo enfocar.
El trabajo en equipo gestionando conflictos. Es primordial el diálogo, el respeto, la sinceridad, la comprensión. Me lleva a preguntarme ¿cómo yo resuelvo las situaciones de mi equipo de trabajo? Es complicado, implica un gasto de energía emocional que a veces ni tengo ni quiero invertir y sin embargo es necesario.
Creer que el cambio es posible me lleva a un estado mejor para mi vida. Me genera confianza en mí y en los demás. Me hace sentir que hay un futuro que puedo crear gracias a mis actos y mis decisiones. Que los obstáculos son grandes pero son manejables. Transmiten energía positiva y necesitamos ese tipo de energía.
Así que, ¿tú como los ves? ¿Podemos o no podemos?
Con amor Susana.