fbpx

Soy rebelde porque yo me hice así

Hoy me he levantado rebelde. Enfadada conmigo por dejarme arrastrar por el mundo en el que vivo. No soy adolescente. Tengo ya una edad y he vivido la mitad de mi vida con mucha suerte. Y es un hecho que la madurez pasa factura a nuestro comportamiento. A las cosas que podemos o no podemos hacer. O por lo menos a lo que los demás esperan que hagamos.

No. No soy una niña. Pero hoy me pregunto, en qué momento dejé de tener derecho a equivocarme. En qué momento le di permiso al mundo para que pudiera juzgarme sin derecho a perdón. Qué ha pasado para que otros piensen que ya debería haber aprendido todo y me condenan sin opción. Por qué no asumen mi levedad interior, mis fallos, mis errores, por qué no entienden, y aceptan, que yo sigo en un continuo crecimiento, construyendo cada día una parte más de mí.

Ya sé. Quizás ellos sean perfectos. Yo no.  Pero soy la culpable de que me traten así. Y es por eso que hoy dudo. No seguiré así. Porque no hay nada que me lleve más lejos de mí que estar demasiado cerca de ti. Espectador de mis obras y ensayos. Yo, escritor mediocre, que ofrezco mi vida como un libro abierto en escaparates tecnológicos. Y tú, juez implacable, desde el palco, en la oscuridad que ofrece tu anonimato, tiras cerillas encendidas que incendian mis páginas. Y ante la pérdida que sufre mi alma al recibir el castigo, entre lágrimas, busco de quién es la culpa. De tus ganas de ver otras vidas, porque la tuya no es plena, o de mis ganas de enseñarte cómo no soy buscando tu aprobación.

Debería recoger las alas, cerrar mis ventanas y colgar el cartel de cerrado por lesiones en mi corazón. Tengo que devolverme el placer de aquellos días en los que fallar, aprender, conocer, descubrir, y compartir con personas reales formaba parte de mi día a día. Dedicarme a quien quiera pasar un rato junto a mi y darme un abrazo, contarme sus sueños, descubrirme sus ilusiones y enamorarme con sus sonrisas. 

BUSCAR