Querida mamá:
Esta es una carta de amor, pero no cualquier carta de amor, es una carta de mi amor, el amor que siento hacia ti. Eres una de las personas más importantes en mi vida.
Gracias por ser tú misma, por educarme y enseñarme unos valores tan buenos, por hacerme ver que había cometido fallos y ayudarme a solucionarlos. Gracias por estar SIEMPRE ahí, por ser mi hombro sobre el que llorar, mi pañuelo de mocos, por saber darme esos abrazos de oso que tanto reconfortan, por todos esos besos en la coronilla diciéndome que me tranquilizase, por aconsejarme siempre que me he sentido perdida. Gracias por enseñarme que hablando se solucionan las cosas. Por apoyarme en todo, absolutamente todo. Gracias por escucharme y atenderme siempre que te cuento algo porque por muy banal que sea el tema, me haces sentir valorada. Gracias por ayudarme a subir el ánimo y la autoestima a pesar de que tú te sientas decaída en ese momento. Por enseñarme que tras toda tormenta sale el sol, que si me caigo no pasa nada y que lo vuelva a intentare, que si doy sonrisas recibiré sonrisas… Gracias por hacerme reír y sonreír cuando he estado mal, por tu infinita paciencia, por soportarme en mis momentos más desesperantes. Gracias por hacer todo lo que haces por mí.
Gracias por ser mi madre que, como tú dices, ni en mil vidas me podría haber tocado una mejor. Gracias porque, al fin y al cabo, una madre no solo es la que te pare, es la que te cuida, mima y quiere incondicionalmente.
Me encanta despertar esas mañas de verano y coger tu pijama, olerlo y abrazarlo; porque huele a ti, esa es tu esencia. Me encanta que te inventes las letras de las canciones y que nos llevemos tan bien como lo hacemos. Me encanta llegar a casa y saber que por muy dura que vaya a ser la esa tarde llena de estudio al final del día me espera mi momento favorito, sentarnos a cenar y contarnos cómo ha ido el día. Me encantan nuestras conversaciones y nuestros momentos de silencio. Un silencio cómodo, una situación en la que ni siquiera hace falta que hablemos para sentirnos bien estando una junto a la otra.
Si me preguntasen quién es mi referencia de mujer empoderada les diría que eres tú. Tú no has hecho nada que se haya dado a conocer pero no hace falta, aun así eres la persona más fuerte y valiente que conozco. Eres la mujer de mi vida. Me has enseñado a ser una mujer independiente, a salir adelante pase lo que pase. Eres una mujer inspiradora e increíble.
Me siento una persona muy afortunada ya que el destino así lo quiso y nos unió. Nos unió con un hilo rojo tan fuerte que nada puede romperlo, nos unió con una relación sincera y admirada por muchas otras madres e hijas. Nos unió. Y menos mal que fue así, porque, sinceramente, no sabría que hacer sin ti.
Llegados a este punto solo me gustaría decirte…. Te quiero hasta la muralla china y más allá. Te quiero hasta el infinito y más allá.
Tu hija.