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Channa Malkin, una soprano a la que el barroco le da ganas de bailar

Antes de tener hijos tenía la sensación de que debía decidir entre ser madre o cantante. Ahora se que no

La soprano Channa Malkin acaba de presentar en el Club Matador dos discos. Uno de canciones sefardíes, junto con el guitarrista Izhar Elias, llamado Love and Exile (Amor y Exilio). Y otro inspirado por su experiencia como madre, llamado This is not a lullaby (Esto no es una nana). Una cantante que debutó en la Dutch National Opera como Barbarina en Le Nozze de Figaro(Las bodas de Figaro) de Mozart con dieciséis años. Que ha dado la campanada con la ópera de Handel goes Tindercreada junto a la violinista Anastasia Kozlova y el director Michael Diederich. Y que está preparando un recital de música barroca con el maestro Salvador Vázquez y con la Joven Orquesta Barroca de Andalucía (JOBA) para el 23 de diciembre en el Auditorio Edgar Neville de Málaga. Fecha que aprovechará para conocer mejor España junto a su familia. Un país que le ha dado una cálida acogida desde que debutó en la Fundación Juan March.

Antonio Hernández (AH) ¿Usted es muy joven?

Channa Malkin (CM)– Bueno, tengo treinta y tres años.

AHLa mayor parte de la gente de su edad está más interesada en otro tipo de música como el pop, el rock o el reggaetón ¿Por qué está usted interesada en la música clásica?

CM– Al principio no estaba interesada en la música clásica, aunque mi familia se dedica a ella. Cuando era niña jugaba a hacer conciertos de las Spice Girls en el salón de casa, como cualquier chica que creció en los noventa.

Descubrí la música clásica leyendo partituras hasta que debuté en el Concierto de Navidad en el Royal Concertgebouw de Ámsterdam en el año 2000. Un concierto que se pudo seguir por televisión. Fue entonces cuando me di cuenta de que nunca me había sentido como me sentía cantando. En el escenario. Delante de la gente.

Tras esa experiencia me uní al Dutch National Youth Choir (Joven Coro Nacional de Holanda). Con ellos canté importantes piezas y pensé que me gustaría cantar esas canciones como solista. Entonces, mis padres me dijeron que si quería ser cantante tenía que adquirir una buena técnica. Tenía que aprender.

Estando en el coro me enteré de que estaban buscando una cantante joven para hacer el papel de Barbarina en Les nozzes de Figaro (Las bodas de Fígaro)que se iba a montar en la Dutch National Opera. Me presenté a la audición pensando que no me iban a coger. Pero me cogieron. Me lo pase tan bien cantando este papel, que continúe formándome como cantante.

AH – ¿Es usted holandesa?

CM– Sí, soy holandesa. Aunque mi madre es de Ucrania y mi padre es de Rusia, cuando ambos países formaban parte de la Unión Soviética. Aunque ellos se conocieron en Israel en los años setenta donde se habían ido a vivir.

AH – ¿Le dieron clases sus padres?

AP –Mi padre es violinista y estuvo muchos años en la orquesta del Royal Concertgebouw. Mi madre es pianista. Ambos me dieron muchos consejos de cómo interpretar música. Sobre todo, en los primeros años. Por ejemplo, cómo practicar o cómo pronunciar frases musicales. Mi padre, al ser violinista, es muy quisquilloso con la entonación musical.

AH – ¿Fue a clase de canto?

CM – No, no fui a ninguna clase en especial cuando era niña. Pero fui a un instituto de artes donde todos los años se hacían representaciones de diferentes géneros. No específicamente de ópera. Aprendí mucho en ese instituto y de las representaciones que hacíamos. Después fui al conservatorio y allí sí estudié canto.

AH – ¿Ha probado con los musicales?

CM – Me gustaría mucho cantar el papel de María en West Side Story. Pero, el único musical que he hecho es el concierto que hacen los niños holandeses en el colegio durante las navidades a los once años, la edad a la que pasaremos al instituto.

En cualquier caso, no me importaría cantar un musical. Sobre todo, si es de los antiguos, como el que he comentado o como My fair lady. Musicales que puedo cantar a la manera que se canta la música clásica.

AH – En su página Web usted dice que quiere cantar música clásica para el público contemporáneo ¿qué significa eso?

CM – Muchas personas piensan que la música clásica es para una élite. O que tienes que saber mucho sobre música para entenderla. Eso es falso.

La música clásica tiene que ver con las emociones que todos tenemos. Emociones universales, profundamente humanas. Por eso comencé a trabajar en proyectos que acercasen la música clásica a las nuevas generaciones. De ahí surgió Handel goes Tinder.

Un espectáculo que cree con la violinista Anastasia Kozlov y el director de escena Michael Diederich que procede de la comedia musical. La hemos llegado a representar hasta treinta y tres veces con las entradas agotadas y este mismo año hemos presentado en el prestigioso Festival Händel de Göttingen.

AH – ¿De qué va Handel goes Tinder?

CM –Estudiando distintos personajes de ópera me di cuenta de que a las mujeres les siguen sucediendo las mismas cosas ahora que en el pasado. Se siguen enamorando de tipos que se aprovechan de ellas o que ya tienen una novia y no se lo dicen.

Por lo menos, a mis amigas con Tinder les pasan estas cosas. Por eso se nos ocurrió crear un personaje femenino a partir de varios personajes de las óperas barrocas. Una mujer actual que usa Tinder donde solo se encuentra con hombres que no le convienen.

Durante la representación se pueden ver esos perfiles de Tinder o las conversaciones que se establecen con algunos de ellos en grandes pantallas que hemos puesto en escena. Lo que hace que la historia que se canta sea mucho más creíble, tenga más verosimilitud.

AH – ¿Qué piensa de los papeles de las mujeres en las óperas? Muchas veces son prostitutas o dependen de un hombre para ser felices.

CM – Depende de cómo las interpretes. En las óperas también hay mujeres muy fuertes. Hay que buscarles esa fortaleza a la hora de ponerlas en escena. Puede que los papeles no sean muy feministas, pero hay mujeres en la actualidad que también tienen vidas amorosas como aquellas y que tienen que afrontar.

De todas maneras, hay que tener en cuenta el contexto en el que fueron escritas. Hay que ir más allá de su posible lectura política puesto que son obras con una música muy bella que toca el corazón.

AH – ¿No cree que es muy difícil mantener esta postura en la situación actual que hay tanta polarización que parece que solo hay dos posibles posiciones y hay que elegir una de ellas.?

CM –Sí, es una pena. Nada es blanco o negro. Siempre hay grises. No todo es de derechas o de izquierdas. Así no funcionan las cosas en el mundo real.

Esta polarización hace que se vea a los otros como enemigos. Fíjate en las redes sociales. Sin embargo, lo interesante sería pensar cómo podemos conectarnos, como podemos ayudarnos los unos a los otros. Creo que la música puede contribuir a que salgamos de nuestra zona de confort y se produzca esta conexión.

AH – ¿Cómo el canto puede contribuir unir a las personas?

CM – Actúa a un nivel emocional. Puede que cuando veamos lo que hace o dice una persona, pensemos que esa persona no nos gusta. Pero todos sentimos las mismas emociones. La música habla de esas emociones.

Es curioso, pero las personas tienden a emocionarse con el mismo tipo de música, independientemente de lo que piensen u opinen. Por tanto, se podría pensar que la gente puede hablar entre sí en vez de estar en conflicto.

AH – En su último disco, usted canta las canciones que John Tavener compuso a partir de poemas de Anna Ajmátova ¿cuál es el interés que tiene por la música contemporánea?

CM –Es muy gratificante cantar canciones que nadie ha cantado porque puedes contribuir a crear la forma en la que tienen que ser cantadas. Además de mostrar que la música clásica no es algo del pasado. Que hoy también se crea una música preciosa.

Además, la creación contemporánea permite que se componga para tu voz específicamente. Como las Cinco canciones rusasque incluye el disco This is not a lullabyque compuso mi padre pensando en mí. En el tipo de cantante que soy.

La música clásica no es una música de museo. Está viva.

Se sigue componiendo en la actualidad y hay compositores brillantes hoy en día.

AH – ¿Cree que hay que tener una voz especial o hacer estudios específicos para cantar música contemporánea?

CM – No, no lo creo. Pero pienso que hay que tener una técnica saludable porque la música contemporánea demanda mucho de la voz. Pienso que si tienes esa técnica, puedes cantar cualquier tipo de música.

AH – ¿Qué quiere decir con una técnica saludable?

CM –Haber estudiado y preparado la voz para cantar. Y no hacer cosas que pueden afectar a la voz como, por ejemplo, tomar alcohol el día antes de un recital o una representación.

AH – Se dice que en la actualidad la composición de una ópera contemporánea es un trabajo colaborativo entre el compositor y el director de escena y/o con el equipo artístico ¿Ha trabajado en este sentido con compositores contemporáneos? Me refiero a trabajar en el proceso de composición desde el inicio.

CM – Sí. Con mi padre he trabajado mucho desde los trece años. Cantaba lo que estaba componiendo, tratando de identificar cómo funcionaba la voz en sus composiciones y aquellas partes que debían ser cambiadas para poder ser cantadas. También he trabajado con jóvenes compositores holandeses como Carlijn Metselaar. Creando cosas que nunca se habían cantado antes.

AH – ¿Tienen la misma percepción de la música un cantante que un compositor?

CM – Depende. Con mi padre me resulta bastante fácil. Pero los puntos de vista del compositor y del cantante son distintos. Lo importante es encontrar un punto de encuentro.

Cuando cantas composiciones de un compositor muerto puedes cantar como crees que tienes que hacerlo ya que no se puede comentar con él la manera de cantarla.

Cuando el compositor está vivo y estás trabajando con él, te puede dar la visión sobre la música que ha escrito. Tal vez, tengas menos libertad, pero siempre resulta muy satisfactorio el proceso de crear algo nuevo con alguien.

AH – ¿Suelen entender cómo funciona la voz?

CM – Depende del compositor. Con los que he trabajado, sí.

AH – ¿Qué le pide a un compositor contemporáneo para trabajar con él?

CM – Que entienda la voz, que la comprenda. No me importa tanto lo que pida. También que sepa expresar lo que quiere con libertad de una manera que yo lo entienda.

AH – ¿Conoce compositoras?

CM – Sí. Conozco a varias compositoras holandesas que están teniendo mucho éxito en este momento. Y ahora estoy trabajando con Ensemble Odyssee un repertorio de Anna Magdalena Bach [segunda esposa de Bach] a partir de cantatas de Bach y nuevas composiciones realizadas por una joven compositora. Es algo que todavía está en proyecto.

AH – Acaba de presentar dos CDs en España ¿tiene algún sentido en tiempos de Spotify?

CM – Sí. Son como una tarjeta de presentación. Y cuando alguien va a mis conciertos si le ha gustado tiene algo concreto que llevarse. Me he dado cuenta de que a la gente todavía le gusta tener el objeto. Además, incluyen un folleto con información sobre el proceso, las canciones, las letras, fotografías, etcétera. Puedes ir más allá de lo que ya hay on-line.

AH – ¿Qué propuesta hace en estos dos discos?

CM – Love&Exilees un proyecto bastante personal tanto de Izhar Elias [el guitarrista que le acompaña] como mío. Son canciones sefarditas de las que se han mantenido tanto la melodía como los textos. De tal manera que, como artistas, podemos hacer los arreglos que queramos.

Estas canciones nos han resultado muy cercanas al tratarse de canciones que hablan de cuando estás lejos de lo que quieres. Están llenas desaudade.

AH – ¿Cómo encontró estas canciones?

CM – Mi madre me regaló un libro de una cantante judío-alemana que incluía todas estas canciones. Lo había encontrado en un mercadillo y yo lo guardé durante mucho tiempo hasta que me encontré con Izhar Elías. Entonces decidimos grabarlas.

AH – ¿Qué me puede contar de This is not a lullaby?

CM – Por un lado, fue un proceso muy parecido y, por otro, muy diferente. Muy parecido porque surge de una experiencia personal. Acababa de tener a mi hijo al que tenía que alimentar por las noches cada dos horas. Así que comencé a buscar canciones para arrullarle y encontré las de Mieczyslaw Weinberg.

Él puso música a poemas de Gabriela Mistral traducidos al ruso. Textos que hablan de que no puedes dormirte hasta que el bebe al que estás amamantando no se duerma. Que era justo lo que me estaba pasando a mí en ese momento. Esa necesidad de que se duerma y te dejen dormir se produce a la vez que temes que llegue el momento en que crezcan y se alejen de ti.

Todo esto lo entendí gracias a estas canciones y su música. Y quise ponerlas al lado de las canciones de mi padre que tienen que ver con mi infancia. Me servían para comprender el viaje que había hecho hasta la maternidad.

Tanto en la música clásica como en el arte siempre se muestran imágenes tranquilas e idílicas de madres con sus bebés, como si fueran momentos de relax. Sin embargo, no tenía nada que ver con mi experiencia. Para mí eran situaciones muy estresantes en las que me sentía realmente cansada.

AH – ¿Está contenta con el resultado del disco?

CM –  Creo que compartir esta experiencia ha sido bueno al dar una visión más honesta y sincera de la maternidad. Es difícil ser madre y dedicarse a cantar. Antes de tener hijos tenía la sensación de que tenía que estar decidiendo entre ser madre o cantante. Ahora se que no.

AH – ¿Qué hace cuando tiene que viajar?

CM –Los niños se quedan con mi marido que los cuida. También están sus padres que viven cerca y nos echan una mano. Además, tengo que dejar leche para que amamanten al bebe, eso significa que me la tengo que extraer con un sacaleches.

Me he dado cuenta que cuando uno está yendo y viniendo de un lugar a otro es difícil tener la energía o la paciencia suficiente. Pero me gusta volver para jugar con ellos y lo disfruto.

AH – ¿Por qué hace esta presentación en España?

CM –Me encanta trabajar en España. Hice mi debut en este país el año pasado en la Fundación Juan March. Tuve una acogida muy cálida por parte del público.

Siempre he cantado mucha música española desde que comencé a cantar [de hecho cantó canciones de zarzuela durante el recital que dio en el Club Matador]. En España me siento como en casa y me gustaría trabajar mucho más aquí. De hecho, el 23 de diciembre estaré dando un concierto con la Joven Orquesta Barroca de Andalucía en el Auditorio Edgar Neville.

Estoy muy entusiasmada con este concierto. Me gusta mucho la música barroca y me hace muy feliz ver gente tan joven interesada en este tipo de repertorio.

AH – Cuando se anuncia un concierto barroco normalmente es muy difícil conseguir entradas.

CM – No solo eso. Te encuentras mucha gente joven en el auditorio con aspecto muy cooly trendy. Lo entiendo. Cuando canto a Haydn o Vivaldi me entran muchas ganas de bailar y me imagino que lo mismo les pasa a ellos

Por otro lado, sus partituras dejan mucho espacio para improvisar. Como interprete, me encanta la sensación de libertad que tengo al ensayar y cantar canciones de esta época.

AH – En This is not a lullabyy en otras grabaciones canta canciones de poetas como Federico García Lorca ¿Por qué le interesa tanto cantar poesía?

CM – La poesía es otra manera de conectar muy profundamente con nosotros mismos. No sé en España, pero en donde yo vivo la vida se ha vuelto muy racional.

Sin embargo, desde que he sido madre me he dado cuenta de lo importante que son las emociones. Las conexiones que se producen entre madre e hijo a un nivel subconsciente.

Estoy convencida de que hay algo en nuestro interior que nos permite conectar con otros seres humanos. Y que esto es más importante y más fuerte que las desavenencias o los conflictos que puede haber entre las personas.

Creo que en la actualidad lo racionalizamos todo, estamos continuamente produciendo y yendo de un lado para otro con prisa. En mi opinión sería bueno que nos relajásemos y que redujésemos esta actividad tan frenética.

Creo que se debería pensar más en cómo afecta esta forma de vida a nuestras emociones más profundas. La música y la poesía facilitan esa reflexión y permiten conectar nuestro cuerpo con nuestro interior.

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