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Federica Montseny Mañé (1905-1994)

Política y sindicalista anarquista española. Ministra durante la II República Española.
Primera mujer en ocupar un cargo ministerial en España y una de las primeras en Europa Occidental. Escritora y defensora de los derechos de la mujer.
A lo largo de su vida escribió alrededor de cincuenta novelas cortas así como escritos políticos, éticos, biográficos y autobiográficos.
Nació en Madrid. Sus padres, Juan Montseny y Teresa Mañé, reconocidos anarquistas, fueron impulsores de la Revista Blanca, publicación libertaria en la que Federica escribiría.
No fue a la escuela, su madre se ocuparía de su educación. Desde muy pequeña dejó ver su inclinación hacia la literatura. Con 15 años escribió su primera novela corta. En 1923 comenzó a colaborar en Solidaridad Obrera y en La Revista Blanca. En 1925 escribe su primera novela larga, en la que plantea la libertad de la mujer.
Se unió al anarcosindicalista Germinal Esgleas junto con el que tuvo tres hijos.
En 1931 se afilió a la CNT, donde cobró un gran protagonismo por sus grandes dotes de oradora.
Al comenzar la Guerra Civil pasó a formar parte del comité peninsular de la FAI y en el nacional de la CNT.
En noviembre de 1936 es nombrada ministra de Sanidad y Asistencia Social del Gobierno de la República. A pesar de su postura antigubernamental aceptó el cargo convirtiéndose en la primera mujer ministra de España. Solo pudo ocupar el cargo un semestre.
En ese breve periodo de tiempo planeó lugares de acogida para la infancia, comedores para embarazadas, liberatorios de prostitución, una lista de profesiones para ejercer por minusválidos y el primer proyecto de Ley sobre el derecho a la interrupción artificial del embarazo.
Tras su salida del gobierno llegó a la conclusión de que ningún cambio social profundo podía hacerse a través del gobierno. Consideraba que el único camino posible era la revolución libertaria.
Al final de la Guerra Civil tuvo que exiliarse junto con su familia a Francia. Su madre moriría nada más cruzar la frontera, su padre y su marido serían encarcelados. Perseguida por la policía nazi y franquista, fue detenida. Consiguió librarse de ser extraditada a España por encontrarse embarazada de su tercera hija. Aún así tuvo que pasar un tiempo en las cárceles francesas.
Tras la liberación de Francia se instaló en Toulouse, donde siguió trabajando por sus ideas, publicando y dirigiendo periódicos anarquistas como la CNT y Espoir.
Durante su exilio viajó a Suecia, México, Canadá, Inglaterra e Italia.
Con la llegada de la democracia regresó a España. Continuó con su activismo hasta el fin de sus días.

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