Sí, tal vez no sean más que palabras…
sin embargo,
hay palabras repletas, desbordantes de mudeces que claman. Rebosantes de intenciones, de impulsos y razones. Hay palabras que no llegan. Nunca llegan. Pero resuenan, más allá de cualquier tiempo previsto. A veces gritan hasta ensordecerte.
Hay palabras tardías, esperadas , anunciadas, anheladas… ansiadas. Las hay precisas, puntuales, puntualizadoras, concisas, esenciales… exactas. Hay palabras torpes, inoportunas, esquivas y equívocas. Nunca debieron encontrar el aire que las liberara, pero se hicieron inevitables.
Algunas están vacías. Son ligeras, huecas, triviales… frívolas. Casi hirientes, prescindibles. No dejan más huella que la certeza de su oquedad.
Hay palabras no dichas, hay silencios que se quedan. Atrapan, secuestran, arrastran voluntades, levantan tormentas… incluso tempestades!
A veces no son más que palabras…
Sin embargo,
de todas las que se conjugan, se riman y adivinan. De las palabras que guardan ecos, que se germinan en el pecho y se alimentan en la memoria, las hay que nunca más se olvidan.
De todas las palabras que puedo imaginar, pronunciar, intuir, declinar y hasta inventar… quiero las tuyas. Las que aún no han encontrado las sílabas oportunas, pero derrochan motivos, objeto, pretexto, causa, efecto…y finalidad. Aquellas disimuladas, ocultas, mudas, a veces fingidas… calladas. De una verdad rotunda!
De todas…
Me quedo con las palabras que aún están por llegar.
Texto de Grela Bravo, recitado por May Gañán y música de Tete Montoliu.