fbpx

Natalie Pinot, una actriz que ama lo que hace

Todos estamos llenos de profundas contradicciones

La actriz Natalie Pinot es noticia porque acaba de estrenar La petite mort en el Teatro Lara donde estará al menos dos meses. Es una actriz con una larga carrera teatral en la que ha trabajado con directores como Andrés Lima, Helena Pimenta, Félix Sabroso, Alfredo Sanzol o María Velasco, tanto en obras clásicas como contemporáneas.

Antonio Hernández (AH) ¿Cómo llegó a La petite mort?

Natalie Pinot (NP) El Instituto Francés nos ofreció a Lola Casamayor y a mí hacer unas lecturas dramatizadas en francés y on-line durante el confinamiento. Lola me propuso hacer una adaptación de Passion simple de Annie Ernaux, un relato corto sobre la pasión que sintió por un hombre cuando tenía cincuenta años.

Eduardo Recabarren [director de la obra] vio la lectura. Le gustó mucho y se ofreció a hacer una adaptación teatral del texto en forma de monólogo lo que me pareció muy buena idea y acepté. Más en estos tiempos de pandemia en lo que todo es tan complicado y las producciones se tienden a reducir al mínimo posible.

Además, un monólogo se puede hacer en cualquier espacio. Ya sea una sala de teatrogrande, donde podríamos incorporar un piano y música en directo, como el salón de una casa.

AH – ¿Qué hay y qué no hay de usted en el personaje que protagoniza la obra?

NP Siempre parto de mis vivencias para interpretar cualquier personaje, pero no creo que este personaje tenga mucho de mí. En un principio no me identifiqué con el texto, pero haciéndolo he disfrutado muchísimo. Así que debe haber muchos más puntos de conexión de lo que yo pienso [dice riendo, una risa relajada y divertida que acompañarán a muchas de las respuestas que dará durante la entrevista]

Me gusta mucho que sea una mujer que cerca de los cincuenta tenga una pasión desbordante. Como mujer cercana a esa edad entiendo que le sigan atrayendo los hombres. La libido no te desaparece con los años.

Parece que una mujer cuando llega a los cincuenta y si encima tiene hijos, ya no tiene libido. Eso no es verdad. Incluso, te conviertes en invisible a ojos de los demás. Pero ni se pierde la libido ni se es invisible.

AH – ¿También se vuelven invisibles las actrices a partir de los cincuenta años?

NP Si se trabaja única y exclusivamente por la belleza con los años vas dejando de trabajar, sobre todo en el sector audiovisual, porque se va perdiendo esa belleza. Esto es horroroso. Si no es así, creo que esto no ocurre, aunque es cierto que no hay muchos papeles para mujeres como tampoco hay muchas directoras.

Doy esta respuesta pensando en muchas actrices que para mí son modélicas. Mujeres que siguen trabajando a partir de los cincuenta, incluso lo hacen a edades muy avanzadas.

AH – ¿Cuál cree que es el secreto de esas actrices que son sus referentes para que trabajen independientemente de la edad?

NP Son actrices muy buenas.

AH- ¿Cómo se ha preparado para poder pertenecer a ese grupo de actrices?

NP Ojalá pudiera pertenecer a ese grupo. Ten en cuenta que te estoy hablando de Judi Dench, Kristin Scott Thomas, Carmen Machi, Susi Sánchez y actrices más jóvenes como Candela Peña, por darte algunos ejemplos.

Creo que lo más importante es amar el trabajo que haces. En mi caso es mi vida. Pienso que no sería feliz si no actuara. Me encanta que me llamen y que me contraten, pero si no lo hacen me monto mis propios proyectos porque no puedo estar quieta.

También me encanta investigar y aprender. He hecho muchos cursos y sigo haciéndolos. Por supuesto, también sirve la experiencia profesional que aporta mucho y te hace crecer. Cuanto más actúas mejor eres.

Y el trabajar con lo que tienes. Con tus vivencias, pero también con tu cuerpo y con tu voz. Tienes que ser muy disciplinado para tenerlos en forma y hacerlo bien.

AH – ¿Cómo elige la formación que hace?

NP La elijo, bien porque mis compañeros me recomiendan hacer uno u otro curso, o bien porque el trabajo de ese profesional me gusta y me interesa. Por ejemplo, me apunté a un taller con Alfredo Sanzol porque me gusta mucho su trabajo y al final acabé trabajando en el montaje que hizo de Luces de Bohemia.

Y luego está la necesidad. El sentir que necesitas desarrollarte o afinar en algo. Varía con el momento y con los papeles que vas a hacer.

AH – ¿Tiene la capacidad de elegir en qué trabaja?

NP No todo lo que me gustaría [dice, volviendo a desplegar su risa]. Mi carrera es una carrera de fondo. Está siendo dura. Sin embargo, no me puedo quejar. He trabajado con muchos de los mejores directores españoles de teatro.

AH – ¿Qué cree que les interesa a esos directores de usted? ¿Qué buscan cuando la incorporan a sus proyectos?

NP Creo que lo más interesante de un actor es su peculiaridad. Las cosas cuanto más específicas, más universales son. Cuanto más peculiar es un actor, más transmite, porque se está mostrando con su verdadera naturaleza.

A la vez, hay que ser versátil. A me gusta mucho componer personajes. No se si me cogen por esto. No me da miedo hacer distintos tipos de papeles ni de obras.

Amo todo el teatro. Siempre que sea bueno me gusta. Tanto el clásico, como el moderno, el de vanguardia, hasta el comercial.

Me disgusta que se categoricen a los actores de tal manera que si haces teatro de un tipo no te permitan hacer otra cosa. Por ejemplo, no entiendo porque para algunos, si haces teatrogestual no puedes hacer teatro textual.

Evidentemente todos tenemos limitaciones, pero he estado encantada trabajando en La espuma de los días de María Velasco, como estaba encantada de trabajar en Luces de Bohemia dirigida por Sanzol. Como estaría encantada de trabajar en el teatro comercial bien hecho. Una comedia bien hecha, que no es fácil de hacer, deja a muchos espectadores felices cada vez que van al teatro, y esto también es importante.

AH –¿Cómo comenzó el veneno del teatro para usted?

NP Comenzó de manera típica. Haciendo Cyrano de Bergerac en el instituto. Fue un descubrimiento total. A partir de ese momento supe que me quería dedicar a esto. Lo tuve clarísimo.

AH – ¿Y el siguiente paso?

NP Quise entrar en la RESAD (Real Escuela Superior de Arte Dramático) de Madrid. Lo intenté dos veces y no me cogieron. Siempre me quedé en las puertas y nunca entendí porque no entré.

Así que me apunté a la Escuela de Interpretación de Cristina Rota. Allí conocí a Eduardo Recabarren y a muchos compañeros con los que luego he coincidido un montón. Como Secun de la Rosa, Aitor Merino, Raúl Jimenez, Alberto SanJuan o Pilar Castro.

AH – ¿Y qué le aportó la escuela de Cristina Rota?

NP A parte de los compañeros que te he comentado, me aportó experiencia por todas las obras que hicimos.

AH – ¿Qué hace una actriz cuando sale de la escuela?

NP Cuando salí de la escuela de Cristina Rota hice Eva Perón de Copi que también dirigióEduardo Recabarren. Paralelamente monté una compañía con Jesús Amate y Beatrice Binotti. Adaptamos Los afanes del veraneo de Goldoni. Posteriormente me cogieron para un programa de televisión. Y luego fui encadenando proyectos

AH – Trabajar, trabajar, trabajar.

NP Sí, trabajar, trabajar, trabajar. Pero también he tenido baches. Después de hacer El rincón de la borracha con Secun de la Rosa, entré en Ur Teatro para hacer dos montajes con ellos. Seguí con una zarzuela dirigida por Andrés Lima.

Trabajaba tanto que me salieron proyectos muy interesantes que tuve que rechazar porque no los podía compaginar. Incluso tuve que decir que no a una película con Daniela Fejerman. Y de repente, tuve un bache. Sin saber ni cómo ni porqué, pues los trabajos que te he comentado fueron bien.

AH – ¿Y cómo lo gestionó?

NP En la actualidad los baches los gestiono mejor que antes porque ya no me cuestiono. Al principio me preguntaba que había hecho mal o qué había dejado de hacer, aunque en realidad no hay ninguna razón por la que no te llamen.

En estas situaciones, no hay que torturarse. Hay que seguir para adelante. Luchar. Buscar trabajo o crear tus propios proyectos.

Hubo una época en la que me angustiaba pensando qué iba a pasar a medida que envejeciese. Qué pasaría si me quedase sin trabajo cuando fuera mayor. Soy muy independiente. Siempre lo he sido y me he hecho cargo de mí. Sé que necesito ganar el dinero suficiente para comer y poder vivir.

Sin embargo, por más que le daba vueltas, las opciones que se me ocurrían eran siempre artísticas. Como ponerme a tocar el acordeón o escribir. Más de lo mismo. Así que mejor ser actriz que es lo que me gusta.

En paralelo, para cubrir los baches que hay en esta profesión, he ido desarrollando actividades relacionadas. Por ejemplo, hago muchas locuciones o doy clases de interpretación.

AH – ¿Dónde da clases? ¿En la RESAD[bromeo siguiendo el buen humor de la entrevistada]?

NP No [responde de nuevo con su risa contagiosa]. Doy clases en Estudio Recabarren y en Central de Cine. Por cierto, a la RESAD volví para estudiar dramaturgia. Estuve dos años, en los que aprendí mucho, pero no pude seguir porque me empezó a salir mucho trabajo y, de nuevo, no podía compaginarlo con las clases.

Por cierto, aunque me gusta mucho dar clases, no quiero que me sobrepase. Es decir, creo que puedo enseñar siempre y cuando me mantenga activa como actriz, siga interpretando.

AH – ¿Qué trata de enseñar a sus alumnos?

NP Lo que a mí mejor me funciona. Mi forma de trabajar. Lo que he aprendido a lo largo de mi carrera a través de mi propia experiencia o lo que me han enseñado los maestros.

AH – ¿Cuál es el feedback que le dan los alumnos?

NP Es bueno. Enseñar es una tarea dificilísima en la que creo que he ido mejorando con los años. Más en esta profesión en la que no hay una única metodología. La carrera del actor es la ciencia de la vida. Es la vida. Hay muchas metodologías, muchas formas de actuar.

Es una profesión artesana. Hay actores que nunca se han formado y son maravillosos. Por lo que trato de dar algo útil a los alumnos. Herramientas que puedan usar. Metodologías que sean adecuadas para ellos.

AH – ¿Cómo elige los proyectos?

NP Cada proyecto es diferente. Por ejemplo, en el confinamiento, como no se podía hacer nada, me puse a escribir a partir de una idea que me llevaba rondando en la cabeza mucho tiempo. Es una obra sobre Sarah Bernhardt y si algún día encuentro los medios para montarla, la montaré.

AH – ¿Ha escrito más obras?

NP He escrito algo más, pero se podrían considerar borradores de obras. Esta es la única que puedo decir que es una obra terminada y de la que puedo estar contenta. Puedo pasársela a otros profesionales para que la lean y preguntarles qué les parece.

AH – ¿Sobre qué temas le gusta escribir?

NP No tengo temas concretos. Me gustan las historias bien contadas. Por ejemplo, otro proyecto que quiero hacer es adaptar una novela de Zola a la actualidad. Una historia que permite, incluso, incluir el confinamiento por covid. Va de una pareja que planifica el asesinato del marido de ella. Todo les sale bien, lo matan y no les pillan,pero viven reconcomidos por la culpa.

AH – Volvamos al principio. En La petite morte hay un personaje, pero parecen dos. Por un lado, la mujer protagonista es una diputada feminista que defiende públicamente la igualdad y la libertad de las mujeres, pero, por otro, en su vida privada se somete a un hombre al que le une la pasión.

NP Me gusta esta mujer que defiende lo que defiende a muerte y luego tiene estas contradicciones. Algo que ella vive sin sentirse culpable, ni tapujos. Sabe que ese amor no va a ningún lado, pero decide libremente vivirlo. Es verdad que es un amor sometido y como antiguo.

Creo que, como ella, todos estamos llenos de profundas contradicciones. Sin embargo, eso no significa que estés mintiendo cuando defiendes una forma de ser o unas opiniones.

AH – Cuando está en la escena ¿hay alguno de esos dos lados del personaje con el que disfrute más?

NP No, disfruto los dos por igual. Están ligados. Ella se muestra como es. Con todos esos colores. Seguramente es consciente de que esa forma de amar no es la más sana, pero lo goza tanto que se entrega. Me gusta que el personaje sea capaz de contarlo sin tener remordimientos de nada.

AHMe llaman la atención las dos codas finales, cuando usted actúa como si fuera un maestro de ceremonias.

NP Es como si fuera capaz de ver y mostrar los dos mundos como si fueran uno solo. Mostrar el mundo en su totalidad. Como si saliera el lado más filosófico del personaje y pudiera tomar distancia de lo que le pasa.

Es un final como de cabaré en el que un maestro de ceremonias nos presenta como si todos fuéramos unos payasos en un circo. Unas hormigas de este mundo.

AH – En esos dos finales se la ve muy cómoda ¿Ha hecho cabaré?

NP Es un género que me gusta mucho. Me parece liberador y muy divertido.

De hecho, soy una cantante frustrada. Una cantante de ópera. La ópera, el musical y la revista me encantan. Cuando comencé a trabajar con Eduardo, teníamos un espectáculo totalmente cabaretero que se llamaba Pervers.

AH – En La petite morte canta en francés y en español ¿en qué idioma se siente más cómoda cantando?

NP Me siento cómoda en los dos idiomas. Pero es verdad que al cambiar de idioma la voz cambia. La canción [Le mal de vivre] de Barbara incluida en la obra, se ha elegido porque tiene que ver con la edad de la autora y con lo que cuenta. Un guiño a la nouvelle vague. Es una canción hermosísimaque me llega mucho, algo que tal vez tiene que ver con mi infancia.

AH – Para una niña que llega a España desde Canadá en la época que usted llegó ¿fue un choque?

NP Nací en Canadá, viví allí entre los dos y cuatro años y luego de los trece a los quince. He vivido en muchos países. Pero llevo aquí desde los quince años.

De todas formas, cuando uno es niño y, sobretodo, adolescente, no le apetece viajar tanto. No es plato de gusto. No quieres salir de tu círculo de amigos, de tu barrio y de tu casa. Aunque de mayor lo agradezcas porque esa vida te ha abiertola mente.

Cuando llegué a España era agosto. Hacía uncalor horrible. Todo me pareció horroroso. Pero fíjate como son las cosas, al final me enamoré de este país y me quedé. De hecho, cuando se fueron mis padres les dije que yo no me iba. Aquí he hecho mi círculo de amigos, mi vida. Todo.

AH – ¿Hay algo sobre lo que no le hayanpreguntado en esta entrevista o en otras y de lo que le gustaría hablar?

NP No, la verdad. Pero me preocupa lo de la visibilidad de las mujeres con respecto a la edad. Creo que está más relacionado con el físico que con la edad en sí misma.

AH – También hay muchos hombres preocupados por su físico

NP Sí, pero no es lo mismo. Los hombres pueden seguir resultando atractivos para las mujeres, aunque envejezcan. Siempre que tengan carisma, claro. Sin embargo, las mujeres con el pelo blanco no resultan atractivas para los hombres. Parece que las mujeres a partir de los cincuenta ya no podemos ser deseables y sólo podemos ser madres o abuelas. Además, los hombres os podéis dejar barba y esconder la papada cuando cuelga y eso es una ventaja[bromea, cerrando la entrevista con una risa y un buen humor que no ha perdido durante toda la entrevista]

BUSCAR